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lunes, 4 de junio de 2007

MITOS, LEYENDAS Y CREENCIAS DE LA "NACION INDIA" // ENLACES

OIR VUESTRO SILENCIO Y ESCUCHAREIS VUESTRO ALMA

MITOS, LEYENDAS Y CREENCIAS DE LA "NACION INDIA"


EN EL PRINCIPIO...

Al principio la tierra estaba cubierta de agua y todos los seres vivían debajo de ella. Los hombres, los animales, los árboles y las rocas podían hablar. Estaba oscuro debajo de la tierra, y las plumas de las águilas se utilizaban Como antorchas. Los animales diurnos querían más luz, pero los animales nocturnos -el oso, la pantera, y la lechuza- querían la oscuridad.
Después de una larga discusión acordaron jugar al botón y el dedal, y si ganaban los animales del día ganaban habría luz, pero si ganaban los de la noche, siempre sería oscuro.
El juego Comenzó. La urraca y las codornices, que aman la luz y tienen la vista aguda, miraron hasta que pudieron ver el botón a través de la delgada madera del palo hueco que sirvió de dedal. Esto demostró dónde estaba el botón, y en la primera ronda, ganaron los hombres.
Salió la estrella de la mañana y el oso negro Corrió y se Ocultó en la oscuridad. Jugaron nuevamente, y ganaron los hombres. La estrella de la mañana creció nítidamente por el este y el oso marrón Corrió y se ocultó en un lugar oscuro. Jugaron una tercera vez, y ganaron loS hombres. La estrella brilló aún más por el este y el león de la montaña se escabulló a lo lejos en la oscuridad. Jugaron una cuarta vez y nuevamente ganaron los hombres.
El sol salió por el este, y se hizo de día, y la lechuza voló lejos y se ocultó. Aunque había luz, los hombres todavía no podían ver bien ya que estaban bajo tierra. Pero el sol estaba lo suficientemente alto para poder ver a través de un hoyo y descubrir que había otro mundo -esta Tierra-. El sol se lo dijo a los hombres, y todos quisieron subir allí. Hicieron cuatro montículos para poder alcanzar el mundo superior.
Al este, plantaron en el suelo del montículo toda clase de frutas y moras de color negro. Al sur, hicieron otro montículo y plantaron toda clase de frutas azules. Al oeste, construyeron un montículo en el que plantaron frutas amarillas. Al norte, plantaron en el montículo frutas de varios colores.
Los montículos se convirtieron en montañas y florecieron las plantas, dieron frutos y produjeron moras maduras. Un día, dos niñas ascendieron para buscar moras y recoger flores para adornarse el pelo. Repentinamente las montañas dejaron de crecer. La gente se asombró, y enviaron a Tornado a conocer la causa.
Tornado estuvo en todas partes y buscó en cada rincón, y por último encontró a las dos niñas y las llevó de nuevo con los suyos. Pero ninguna de las montañas creció más. Ésta es la razón por la cual los muchachos dejan de crecer cuando van con una mujer por primera vez. Si no lo hicieran nunca, continuarían creciendo.
Las montañas dejaron de crecer cuando sus cimas todavía estaban muy alejadas del mundo superior. Sin embargo, la gente trató de llegar hasta él colocando plumas en forma de cruz para hacer una escalera, pero las plumas no pudieron soportar el peso. Hicieron entonces una segunda escalera con plumas más grandes, pero nuevamente fueron demasiado débiles. Hicieron una tercera escalera con plumas de águila, pero éstas no pudieron sostener mucho peso. Entonces vino un búfalo y ofreció su hombro derecho y otros tres también contribuyeron con sus cuernos derechos. Los cuernos sí eran resistentes, y con ellos la gente fue capaz de ascender a través del hoyo hasta la superficie de la tierra.
Pero el peso de todos esos humanos dobló el cuerno del búfalo, que se había curvado desde el principio. En aquel momento la gente sujetó el sol ya la luna con la tela de una araña para que no consiguieran irse lejos, y los enviaron arriba hacia el cielo para que dieran luz.
Al principio, cuando el agua cubrió la tierra, cuatro tormentas se llevaron las aguas lejos. La tormenta negra sopló hacia el este y se llevó las aguas hacia el océano oriental. La tormenta azul sopló hacia el sur y trasladó las aguas en esa dirección. La tormenta amarilla llevó las aguas hacia el oeste y la tormenta de varios colores se fue hacia el norte y llevó las aguas hasta allí. Así que las tempestades formaron los cuatro océanos en el este, el sur, el oeste y el norte. Habiéndose llevado las aguas hacia arriba, las tonnentas volvieron a donde la gente esperaba, agrupada alrededor de la boca del hoyo.
El turón salió el primero, cuando la tierra estaba todavía mullida, y sus patas se hundieron en el lodo negro, y han sido negras desde siempre. Enviaron a Tornado a buscarlo, porque no había tiempo. El tejón salió, pero se hundió demasiado en el lodo y también se le pusieron las patas negras, y Tornado le llamó para que regresara.
Entonces salió el castor, caminando sobre el lodo y nadando sobre el agua, y de inmediato comenzó a construir un dique para conservar el agua que todavía permanecía en los pozos. Al ver que no regresaba, Tornado lo buscó y le preguntó por qué no había vuelto.
«Porque quise conservar el agua para que la gente pudiese beber>, dijo el castor.
«Bien», dijo Tornado, y regresaron juntos. La gente esperó de nuevo, hasta que al fin enviaron a la corneja gris para ver si la tormenta había vuelto. La corneja encontró la tierra seca, y muchas ranas, peces y reptiles muertos, que yacían sobre el terreno. Comenzó a recoger sus ojos y no regresó hasta que Tornado la fue a buscar. La gente se enojó cuando la encontraron comiéndose la carroña, y cambiaron su color por el negro.

Pero ahora toda la tierra estaba seca, a excepción de los cuatro océanos y del lago en el centro, donde el castor había embalsado el agua más arriba. Entonces, todos los hombres ascendieron a la tierra.
Viajaron hacia los cuatro puntos cardinales en donde encontraron los océanos del norte, el sur, el este y el oeste. y como ellos, cada tribu se detuvo donde quiso. Pero los Jicarillas continuaron alrededor del hoyo de donde habían surgido de las profundidades . de la tierra. A la tercera vez que dieron la vuelta alrededor del hoyo, el Gobernante se molestó y les preguntó dónde deseaban asentarse. Respondieron: «En medio de la tierra». Así que los condujo aun lugar muy cerca de Taos y allí cerca de los indios Taos, los Jicarilla hicieron su hogar.


EL NACIMIENTO DE LOS PUNTOS CARDINALES

Había una vez un jefe cuya esposa, bajo la mirada temerosa y maravillada de la gente, dio a luz a cuatro pequeños monstruos. Los ancianos dijeron: «Estos extraños niños traerán grandes infortunios. Será mejor matarlos ahora mismo, en aras de la tribu».
«De ninguna manera los mataremos», dijo la madre. «Estos niños se convertirán en personas normales, uno tras otro».
Pero ellos no se transformaron en personas normales. Los pequeños monstruos crecieron rápidamente, mucho más rápido que los niños normales, y llegaron a ser muy grandes.
Cada uno tenía cuatro piernas y cuatro brazos. Lastimaban a los otros niños, dañaban los tipis, rasgaban las pieles de búfalo, ensuciaban los alimentos de la gente.
Un hombre sabio, que podía ver en su mente las cosas que todavía no sucedían, le dijo a su madre: «Mata a estos seres extraños y malvados antes de que ellos te maten a ti».
Pero su madre dijo: «Nunca. Algún día serán unos buenos muchachos».
Pero nunca llegaron a serlo; al contrario, comenzaron a matar ya comerse a la gente. Hasta el punto en que todos los hombres de la aldea se precipitaron sobre ellos para llevarles lejos, pero para entonces ya era demasiado tarde. Los monstruos eran ya muy grandes y poderosos como para matarlos.
Crecieron más y más. Un día se fueron en medio del campo y se pusieron de pie, espalda contra espalda, uno encarado hacia el este, el otro encarado hacia el sur, uno encarado hacia el oeste y otro encarado hacia el norte. Sus espaldas crecieron unidas, y se convirtieron en una sola.
Como siguieron creciendo más y más, la mayoría de la gente se refugió cerca de los pies de los monstruos, donde las enormes criaturas no podían doblarse hacia abajo para cogerlos. Pero sus largos brazos cogieron a las personas que había permanecido más allá de una milla, las mataron y se las comieron. Los cuatro monstruos, ahora unidos por sus espaldas, subieron hasta las nubes y tocaron el cielo.
Entonces el hombre que podía ver el futuro, oyó una voz que le decía que cogiera una caña hueca y la plantara en el suelo. El hombre obedeció, y la caña creció y creció muy rápido. En seguida tocó el cielo. El hombre oyó la voz nuevamente, diciendo: «Provocaré una gran inundación. Cuando comience a ver señales de cosas malignas, usted y su mujer asciendan por dentro de esta caña hueca. Desnúdense como cuando llegaron a este mundo, y llévense aun par de todos los animales buenos con el fin de salvarlos».
El hombre preguntó: «¿Qué señal me enviará?»
«Cuando todos los pájaros del mundo -aves del bosque, del mar, de los desiertos y de las altas montañas- formen en lo alto una nube que vuele de norte a sur, será la señal. Esperen a ver la nube de pájaros».
Un día el hombre miró y vio una gran nube formada por pájaros que viajaban de norte a sur. De inmediato, él y su esposa entraron en la caña hueca, cogiendo a todos los animales que querían salvar. Entonces comenzó a llover y no paró. Las aguas cubrieron la tierra y únicamente quedó descubierta la parte de arriba de la caña hueca y las cabezas de los monstruos quedaron a la izquierda, por encima de la superficie del agua.
Dentro de la caña hueca, el hombre y su esposa escucharon la voz nuevamente: «Ahora enviaré a la Tortuga a destruir a los monstruos».

Las cabezas de los monstruos se decían entre sí: «Hermanos, estoy cansado. Mis piernas desfallecen. No puedo permanecer de pie por mucho más tiempo».
Los fuertes remolinos de las corrientes les arrastraron lejos. Entonces la Gran Tortuga comenzó a escarbar debajo de los pies de los monstruos. Esto les hizo perder el equilibrio y no pudieron mantenerse en pie. Cayeron sobre las aguas, uno hundiéndose hacia el norte, otro hacia el este, uno hacia el sur y el otro hacia el oeste. Así se crearon los cuatro puntos cardinales.
Después de que se ahogaran los monstruos, descendieron las aguas. Primero reaparecieron las cumbres de las montañas, después el resto de la tierra. Luego el viento sopló con tal fuerza que secó la tierra. El hombre descendió hasta el fondo de la caña hueca y abrió un agujero a sus pies. Miró hacia afuera. Sacó su mano y tocó alrededor. Le dijo a su esposa: «Vamos afuera. Todo está seco» .
Así que salieron, seguidos de todos los animales. Dejaron la caña, que se derrumbó y desapareció. Pero cuando caminaron sobre la tierra, vieron que ésta estaba arrasada; no crecía nada.
La esposa dijo: «Esposo, aquí no hay nada y estamos desnudos ¿Cómo viviremos?»
El hombre dijo: «Vamos a dormir». Se acostaron sobre la tierra y se quedaron dormidos, y cuando despertaron a la mañana siguiente, había crecido todo tipo de hierba a su alrededor.
La segunda noche mientras dormían, crecieron las plantas y los árboles. Ahora había leña para mantenerlos calientes, y toda clase de madera para hacer arcos y flechas.
Durante la tercera noche creció la hierba y cubrió la tierra, y aparecieron los animales para pastar en ella.
El hombre y la mujer se fueron a dormir por cuarta vez y despertaron dentro de un cobertizo de pasto. Caminaron por fuera y encontraron un tallo de maíz.
Entonces oyeron a la voz decir: «Éste será vuestro alimento sagrado». Le explicó a la mujer cómo plantar y cosechar el maíz y terminó diciendo: «Ahora tenéis todo lo que necesitáis para vivir. Tendréis niños y formarán una nueva generación. Si tú, mujer, plantas maíz, y sale otra cosa que no sea maíz, entonces sabrás que ha llegado fin del mundo».
Después de aquello, nunca más oyeron la voz de nuevo.


SIMBOLOGIA ANIMAL

MAMÍFEROS




ANTÍLOPE
El antílope significa mensajero o guía de los humanos. Por ejemplo, si un indio se encontraba en un cruce de caminos solo se tendría que fijar en cual camino había huellas de antílope y ese camino era el correcto.
Si te encontrabas dos antílopes luchando eso significaba que la persona que veía esa lucha tendría conflictos con amigos o familiares.


TEJÓN

El Tejón es un buen signo, de protección, pero mal augurio si lo vez viajando en un vehículo. Del Tejón se obtenía medicinas, o
amuletos de protección contra los malos espíritus.

OSO

El Oso es siempre un buen signo, de valor y de poderes especiales. Representa sabiduría, intuición, y poderes curativos.
Si los indios veían un oso por el bosque o por un río creían que esa zona era sagrada y habitada de espíritus buenos.

CASTOR

Este animal tiene múltiples lecturas. Conlleva poderes buenos pero también conflictos y confusión. También significa trabajador
inteligencia y independiente.

PANTERA

Un mal signo para algunas tribus y bueno para otras. Las que lo consideraban mal augurio pensaban que eran perseguidos
física y mentalmente por el enemigo.
Las tribus que lo consideraban bueno pensaban que era signo de buena caza y de protección contra el enemigo.

BUFALO / BISONTE

Un buen signo, aparte de ser la dieta básica de muchas tribus, era considerado como un dios con fuertes poderes y mensajero de fuerza y supervivencia de las tribus de las llanuras. Es una de las esencias de la cultura india y una de las bases de su espiritualidad.
Entre las tribus Sioux existe la leyenda del Búfalo Blanco que les dio a los indios la pipa sagrada.

COYOTE

Este animal es uno de los mas antiguos signos dentro de la cultura mística de los Nativos. Esta lleno de magia, poderes especiales y sabiduría. También dependiendo de donde se vea el coyote hay que tener cuidado, puede ser una trampa.

CIERVO

Un buen signo con buenos poderes y mensajero de noticias buenas y malas. Si una mujer veía un ciervo significaba que pronto tendría un hijo, si un hombre veía a este animal en un campo de batalla quería decir que moriría en esa batalla. Normalmente el ciervo esta muy relacionado con el mundo de la mujer india.

ALCE

Lo mismo que el ciervo y poderoso protector de las mujeres. Si una mujer necesitaba ayuda rezaban al alce para pedirle consejo.

ZORRO

Un mal signo de lo peor, mensajero de peligros, enfermedades y posiblemente de muerte. Algunos chamanes usaban el poder del zorro para ahuyentar a la muerte.

ARDILLA

Un mal signo pero un animal simpático. Algunas tribus especialmente los Shoshones creían que era un animal medicina y le pedían ayuda para combatir enfermedades. Por lo contrario otras tribus pensaban que eran mensajeros de la muerte.

NUTRIA

Un buen augurio, representa felicidad, belleza , buena suerte y salud

PUERCOESPIN

Usualmente trae mensajes relacionados con la cosecha o la caza.

MAPACHE

Es un buen signo, protector, inteligente . Usado para combatir escasez de comida y como ayuda en la caza. si un indio llevaba este nombre significaba que era un hombre que se podía confiar.

MOFETA

Un mal signo y lleno de malos poderes ( aparte de olores ). Traía conflictos, enfermedades y mala suerte. Relacionado con la maldad y los malos augurios.

COMADREJA

Considerado un magnifico augurio. Travieso, sabio y veloz, buen amigo en las travesías, aparte de protector y de traer buena suerte.

LOBO

El lobo esta considerado un magnifico signo, protector, buen cazador, sabio, independiente con valor pero algo misterioso. Los europeos que llegaron a América lo consideraban todo lo contrario y fue casi exterminado. Todo lo contrario dentro de la mitología india.


AVES


BUITRE

Estos animales son un pésimo signo para los indios, eran portadores de desgracias y problemas para las gentes. Ademas de ser una señal de muerte.

ÁGUILA

Otro valuarte dentro de la simbologia animal en la cultura india. Como podemos imaginar es un signo de buena suerte. El águila para los indios era portador de protección, sabiduría y riqueza.
Si un indio rezaba y un águila se posaba cerca de el esto significaba que sus plegarias habían sido escuchadas.
Este animal era el mensajero directo del dios único indio.

COLIBRÍ

El colibrí es un magnifico símbolo. Relacionado con el mundo femenino. Mensajero de buenas noticias y protector en las largas travesías.

URRACA

Una ayuda muy apreciada para grandes travesías. Las urracas avisaban a los indios de posibles peligros y/o obstáculos del camino.

ÁGUILA PESCADORA

Un magnifico animal, fuerte y veloz, pero un malísimo símbolo. Indicador de peligros inminentes y accidentes mortales.

LECHUZA

Estos aves eran un mal augurio para los indios. Simboliza poder pero negativo. Utilizado por muchos chamanes y jefes de clanes para aumentar su poder y su grandeza solo para su provecho. También es un signo de la Muerte.

CODORNICES

Simbolizaba la llegada de un familiar o amigo. También era un signo de ayuda. Por ejemplo si un indio se encontraba en peligro la visión de estas aves quería decir que un amigo iba en su ayuda.

CUERVO

Aunque parezca mentira el cuervo era un buen signo pero con múltiples significados. Dependiendo del lugar de visión o lo que llevara en el pico era un buen o mal signo.
También eran utilizados para combatir los malos espíritus.

GAVIOTAS

Simboliza la llegada de hambruna y malas condiciones de vida.

PAVO

Signo de arrogancia y autoestima. Si un indio veía un pavo antes de la visita de un visitante significaba que esta persona era nerviosa, arrogante y indecisa.
Las plumas de pavo eran altamente valorada en los regalos ceremoniales.

PÁJARO CARPINTERO

Símbolo de salud, buena suerte y felicidad. Los indios tenían la costumbre de que cuando oían un pájaro carpintero golpear con su pico un árbol hacían tres palmas y pedían un deseo.



REPTILES



CAIMÁN

Este antiguo animal era un mal signo. Los indios pensaba que eran enviados por alguien para matarlos, principalmente usado por chamanes.

RANA

Estos pequeños animales eran una especie de duendes para muchas tribus. Considerados como curativos y como signos de fortuna. Las ranas eran los mensajeros de la lluvia y conocedores del poder del agua.

LAGARTO

Muchos lagartos son inofensivos pero muy apreciados como intermediarios entre el mundo material y el espiritual. Estos reptiles aparecían en sueños para enviar mensajes. También se cree que eran enviados para espiar a otras personas.
Los lagartos pequeños eran protectores de los niños.

SERPIENTE

Primer animal/simbolo del " ranking " entre la cultura espiritual india, ni búfalos ni lobos ni águilas. Las serpientes poseían la sabiduría de la naturaleza, e igual que la naturaleza tenían buenos y malos poderes.
Consideradas como protectores, animales medicina y buena suerte. Los indios rezaban a ellas para pedir una curación de un ser querido.

Dentro de las varias serpientes norteamericanas hay algunas que destacan dentro se la simbologia india :

SERPIENTE TORO

Sus poderes eran usados contra otras personas, especialmente durante los juegos o retos.

SERPIENTE CASCABEL

Dentro de esta variedad hay dos tipos, la cascabel blanca ( buena ) y la cascabel negra ( mala ). La usaban especialmente para pedir buena caza, valor y protección.

VÍBORA

Utilizada como enlace entre el hombre y la naturaleza vía sueños o visiones. También utilizada para pedir protección en la caza. Y enviada para matar a otras personas.

SERPIENTE CORAL

Un símbolo muy malo, aparte de ser unas de las serpientes mas venenosas. Los Nativos no podían matarla solo pedirle que se quitara de su camino. Especialmente usada para atacar posibles "amantes".


TORTUGA

Buen signo y con buenos poderes. La tortuga era considerada muy sagrada entre muchas tribus norteamericanas. Protector de la salud . Muchas tribus no podían comer carne de tortuga al considerarla que traía mala suerte. Pero el caparazón era un buen regalo a pedir la mano de una mujer.



INSECTOS



HORMIGA

Representa fortaleza, inteligencia y poderes mentales. Los indios pensaban que los terremotos eran producidos por una gran hormiga negra.

ABEJA

Las abejas están conectadas con el mundo sexual. Mensajeras de fertilidad, protección y del amor.

ESCARABAJO

Usado por los chamanes para traer cambios de tiempo, ya sea tormentoso o soleado. También simboliza avisos de ataques de otras tribus

MARIPOSA

Considerada un animal muy espiritual y signo de presencia de buenos espíritus. Símbolo de cambios, armonía, belleza y paz.

CUCARACHA

Un pésimo símbolo para muchas culturas y claro esta también para la india. Signo de enfermedades y suciedad. Pero también considerada un tenaz animal signo de supervivencia.

GRILLO

Estos animales son un símbolo de malos poderes. Especialmente en zonas donde no abundan es signo de malos deseos y peligros. Y tierras donde abundan son considerados todo lo contrario, buen signo.

SALTAMONTES

El saltamontes es signo de problemas con la cosecha. Sequía y calor.

MOSCA

Tendremos que poner a estos insectos dentro del mismo cajón que las cucarachas. Usado para llevar enfermedades y pestilencia hacia otras tribus.

LUCIÉRNAGA

Mensajeras del mundo espiritual. Y señal que un espíritu rondaba cerca.

ARAÑA

También consideradas mensajeras y buen signo exceptuando a las venenosas ( araña negra, tarántula etc. ). Señal de que alguien esta diciendo cosas falsas sobre tu persona.

GARRAPATA

Los indios pensaban que estos insectos indicaban enfermedades, y graves incendios forestales. Por supuesto considerada portadora de malos espíritus y enfermedades.


PRINCIPALES TRIBUS

..."Es extraño que los hombres blancos se quejen por que nosotros matamos a los bisontes.
Lo hacemos para comer y vestirnos.
Para mantener nuestros hogares calientes.
Vuestros hijos matan por placer. Nos llamais salvajes.....
¿ Y ellos que son....?"...
Toro Sentado - Jefe Sioux Hunkpapa




Apache
Apache Kiowa
Apsaroke Crow
Arapajoe
Assiniboin
Blackfoot Blood
Blackfoot Piegan
Comanche
Cree
Cheyenne
Chippewa
Dakota
Hidatsa
Iowa
Kansa
Kiowa
Lakota
Mandan
Missouri
Nakota
Omaha
Osage
Pawnee
Shoshoni
Ute
Wichita
Cayuse
Hupa
Modoc
Nez Percé
Paiute
Palouse
Shoshone
Spokane
Ute
Yana
Alseano
Atapascano
Bella Coola
Coosano
Chemakum
Eyak
Haida
Kwakiutl
Kwalhioqua
Makah
Salish
Tlingil
Ais
Alabama
Apalachee
Atakapa
Biloxi
Caddo
Caluse
Catawba
Chakchiuma
Chatot
Cherokee
Chickasaw
Chitimacha
Choctaw
Creek
Cusabo
Hitchiti
Houma
Keys
Koasati
Lumbee
Mikasuk
Mobile
Muskogi
Natchez
Ofo
Seminolas
Tekesta
Timucua
Tocobaga
Tohome
Tunica
Tutelo
Yamasee
YuchiL

..."No existe ningun clima o suelo como el de Arizona. Es mi tierra, la tierra de mi padre, a la que pido ahora volver. Quiero morir alli y ser enterrado entre aquellas montañas"...
Jeronimo Jefe Apache Chiricahua

Apaches Chiricahua
Apaches Jicarilla
Apaches Lipan
Apaches Mescaleros
Hopi
Hualapai
Laguna
Maricopa
Mohave
Navajo
Pecos
Pima
Ute
Zuñi
Cayuga
Chippewa
Delaware
Fox
Illinois
Iroques
Huron
Miami
Micmac
Mohicano
Oneida
Onondaga
Seneca
Shawnee
Aleutianos
Inuit
Nesilik
Nunivak
Yupik
Ahtna
Beothuk
Carrier
Cree
Haida
Ingalik
Koyukon
Kutchin
Naskapi
Ojibwa
Tanana
Tlinglit
Tutchone

Achomawi
Diegueño
Chumash
Gabrielino
Hupa
Karok
Klamath
Luiseño
Maidu
Nisenan
Pomo
Serrano
Shasta
Tipai-ipai
Tolowa
Wintu
Wiyot
Yurok

ENLACES INDIOS (links)

Autores Nativos.
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ALGUNO DE SUS DIOSES


ATÍUS TIRAWA

Atíus Tiráwa era el gran dios de los pawnee. También era una deidad creativa, y ordenaba los cursos del Sol, la Luna y las estrellas. Tal como se le conoce hoy día, es considerado como omnipotente e intangible; pero resultaría difícil decir hasta qué punto esta concepción de él haya sido distorsionada por la influencia misionera. Sin embargo, en las otras mitologías indias que sabemos no han sido sofisticadas por la creencia cristiana encontramos muchas referencias a unas deidades que poseen dichos atributos, y no hay ninguna razón por la que debamos inferir que Atíus Tiráwa no es otra que una concepción puramente aborigen.

AWONAWILONA

En la leyenda de la creación de los zuñi ya hemos hecho alusión a la deidad nativa Awonawilona. Dicho dios destaca como uno de los ejemplos más perfectos de la deidad en su aspecto constructivo, que se encuentra en las mitologías de América. Parece estar identificado con el Sol, y de las alusiones remotas que le conciernen a él, y de la manera en que se habla de él como el arquitecto del universo, suponemos que no estaba en contacto muy cercano con la humanidad.

AHSONNUTLI

Muy parecido a Awonawilona. Ahsonnutli, la deidad principal de los indios navajos de Nuevo Méjico, que era considerado como el creador de los cielos y la tierra. Se supone que colocó a doce hombres en cada uno de los puntos cardinales para que soportaran los cielos. Se creía que poseía las cualidades de ambos sexos, y lo llamaban el Hombre-Mujer Turquesa.

ESAUGETUH EMISSEE

El gran dios dador de la vida de los creek y otros muskogeanos era Esaugetuh Emissee, cuyo nombre significa «Amo del Aliento». El sonido de su nombre representa la emisión del aliento de la boca. Era el dios del viento y, como muchas otras divinidades en la mitología americana, su dominio sobre ese elemento estaba aliado con su poder sobre el aliento de la vida, una de las formas del viento o el aire. El hombre salvaje considera al viento como la gran fuente del aliento y la vida. De hecho, en muchas lenguas las palabras «viento», «alma» y «aliento», tienen el mismo origen común. Encontramos una concepción parecida en el dios del viento azteca Tezcatlipoca, a quien se consideraba como la fuente primaria de la existencia.

EL ARRENDAJO AZUL

Otra deidad traviesa de los chinooks y otras gentes occidentales es el Arrendajo Azul. Es un fanfarrón turbulento, un intrigante, y hace travesuras Es el mismísimo payaso de los dioses, e invariablemente se mete él mismo en líos si no los está fabricando para los demás. Tiene la forma de un arrendajo, que le fue dada por las Gentes Sobrenaturales porque lo derrotaron en una competición de tiro con arco. Le impusieron una maldición, advirtiéndole que la nota que empleaba como un pájaro le traería una notoriedad poco envidiable como un mal presagio. El Arrendajo Azul tiene un hermano mayor, el Petirrojo, que le reprocha continuamente por su conducta traviesa con una fraseología sentenciosa. La historia de los muchos trucos y las bromas hechas por el Arrendajo Azul, no sólo en los miembros sufridos de su tribu, sino también en los ciudadanos del mundo sobrenatural, debió crear una gran diversión en tomo a muchas hogueras indias. Incluso la seriedad proverbial del hombre rojo no podía resistirse a las aventuras cómicas de este búho americano.


EL DIOS DE LOS COYOTES

Entre las gentes del lejano Oeste, los californianos y los chinooks, una deidad digna de atención es, extrañamente, el Coyote. Pero mientras que los chinooks lo consideraban un ser benigno, los maidu y otras tribus californianas lo consideraban malo, astuto y destructivo. Kodoyanpe, el creador maidu, descubrió al mundo junto con el Coyote, y con su ayuda hizo que fuera habitable para la humanidad. Los dos moldearon al hombre de unas pequeñas imágenes de madera, de la misma manera en la que se dice que lo hicieron los dioses de los kiche en Centroamérica en el mito del Popol Vuh. Pero los maniquíes resultaron ser inadecuados para sus propósitos, y los convirtieron en animales. Las intenciones de Kodoyanpe eran buenas, y como parecía que todo iba mal, llegó a la conclusión de que el Coyote era culpable por ello. Tenía razón en esto, y después de considerarlo decidió destruir al Coyote. Al lado del malhechor había un formidable ejército de monstruos y otras entidades malvadas. Pero Kodoyanpe recibió el poderoso apoyo de un ser llamado el Conquistador, que libré al mundo de muchos monstruos y espíritus malos que podían haber resultado ser enemigos del hombre, quien no había nacido todavía. El combate duró durante un tiempo prolongado, pero Kodoyanpe fue denotado por el astuto Coyote. Kodoyanpe había enterrado a muchos de los maniquíes de madera que había creado inicialmente, y salieron ahora de sus lugares y se convirtieron en la raza india.Éste sin duda es un mito del día y la noche o la luz y la oscuridad. Kodoyanpe es el Sol, el espíritu del día, que después de una lucha diurna con las fuerzas de la oscuridad toma el vuelo hacia el Oeste para refugiarse. Coyote es el espíritu de la noche, representado por un animal de costumbres nocturnas que sale de su guarida al caer las sombras del atardecer sobre la Tierra. En la mitología egipcia encontramos una concepción parecida donde Anubis, con la cabeza de chacal, se traga a su padre Osiris, el dios brillante del día, así como la noche devora al Sol.Otra versión actual del mito del Coyote en California habla de cómo al principio sólo había los desperdicios primitivos de las aguas, sobre las que navegaron
Kodoyanpe y Coyote en una canoa. Coyote deseó que la superficie debajo de ellos se convirtiera en arena. «Venía Collote. Llegó a Got'at Allí se encontró con una gran ola. Temió ser arrastrado por ella, y se subió a unas peñas. Permaneció allí largo tiempo. Luego cogió un poco de arena y la arrojó sobre dicha ola: "Esta será una pradera y no una ola. ¡Las generaciones futuras caminarán por esta pradera!" Y así se convirtió Clatsop en una pradera. La ola se convirtió en una pradera».Pero entre las demás tribus, así como ente los chinooks, Italapas el Coyote es una deidad benefactora. En los mitos de los indios shushwap y kutenai de la América Británica figura como una entidad creativa, y en los cuentos folclóricos de los ashochími de California aparece después de un diluvio y planta en la tierra las plumas de diversos pájaros, que según su color se convierten en las diversas tribus indias.


GLOOSKAP Y MALSUM

Una de las figuras más interesantes del panteón Algonquiano es Glooskap, que significa «El Mentiroso»; pero este titulo, lejos de tener la intención de insultar a dicha deidad, está destinado a ser un elogio de su destreza, siendo la astucia considerada por todas las gentes salvajes como una virtud.Glooskap y su hermano Malsum, el Lobo, eran gemelos, y de esto podemos deducir que eran los opuestos de un sistema dualístico: Glooskap representando lo que parece ser «bueno» para el salvaje, y Maslum todo lo «malo». La madre murió en el parto, y de su cuerpo Glooskap formó el Sol y la Luna, los animales, los peces y la raza humana, mientras que el malévolo Malsum creó las montañas, los valles, las serpientes y cualquier otra cosa que consideran como una desventaja para la raza de los hombres.Cada uno de los hermanos poseía un secreto respecto a lo que podía matarlos, como lo tienen muchos otros seres en el mito y las fábulas.Malsum preguntó a Glooskap cómo podía perecer, y el hermano mayor, para probar su sinceridad, dijo que la única forma de quitarle la vida era con el tacto de la pluma de un búho, o, como dicen otras versiones del mito, con el de un junco floreciente. Malsum a su vez confió a Glooskap que sólo podría perecer con el golpe de la raíz de un helecho. El malévolo Lobo, cogiendo su arco, alcanzó un búho y, mientras Glooskap dormía, lo rozó con la pluma que había cogido de su ala. Glooskap murió inmediatamente, pero, muy al pesar de Malsum, éste volvió a la vida. Este cuento es reminiscente del mito escandinavo de Balder, que sólo podía morir si su hermano Hoder le golpeaba con un ramito de muérdago. Igual que Balder, Glooskap es un dios del Sol, como viene demostrado por la circunstancia de que cuando muere resucita.Pero Malsum decidió descubrir el secreto de su hermano y destruirlo en la primera ocasión que se le presentara. Después de su primera tentativa, Glooskap le había dicho que sólo la raíz de un pino podía matarlo, y Malsum la empleó para golpearlo mientras dormía como la vez anterior, pero Glooskap, levantándose y riendo, condujo a Malsum hasta el bosque y, sentándose cerca de un arroyo, murmuró, como si se hablara así mismo: «Sólo un junco floreciente puede matarme.» Ahora bien, esto lo dijo porque sabia que Quah-beet, el Gran Castor, estaba escondido entre los juncos en la orilla del arroyo y oiría todo lo que decía. El Castor acudió en seguida a Malsum y le contó lo que consideraba ser el secreto vital de su hermano. El malévolo Malsum se alegró tanto que prometió al Castor darle lo que quisiera. Pero cuando el animal pidió tener las alas de una paloma Malsum se rió y exclamó: «Oh, tú con la cola como una lima, ¿para qué necesitas unas alas?» El Castor se encolerizó por esto, y, acudiendo a Glooskap, le contó todo lo sucedido. Glooskap, ahora iracundo, excavó la raíz de un helecho, y, precipitándose en las profundidades del bosque, buscó a su hermano traicionero y, golpeándole con una planta letal, lo mató.

IOSKEHA Y TAXUISCAN

Eran dos hermanos, Ioskeha y Tawiscara, o El Blanco y El Oscuro, unos gemelos, cuya abuela era la Luna. Cuando crecieron discutían violentamente el uno con el otro, y llegaron a pegarse, Ioskeha cogió como arma los cuernos de un ciervo, mientras que Tawíscara cogió una rosa salvaje para defenderse. Ésta resultó ser un arma inútil y herido gravemente, Tawiscara huyó. Las gotas de sangre que perdió se convirtieron en pedernales. Luego Ioskeha se construyó una tienda en el Este lejano, y se convirtió en el padre de la humanidad y la deidad principal de los iroqueses, aniquilando a los monstruos que infestaban la Tierra, llenando los bosques de animales para la caza, enseñando a los indios cómo sembrar las cosechas y hacer fuegos, e instruyéndoles sobre muchas de las demás artes de la vida. Dicho mito, más tarde, parece haber sido adoptado por los mohawks y los tuscaroras.

LOS DIOSES DEL TRUENO

Norteamérica tiene muchos dioses del trueno. De éstos, el ejemplo más típico es Haokah, el dios de los sioux. La figura de dicha divinidad se dividió en dos mitades, una que expresaba la congoja, la otra la alegría: es decir, podía lo mismo llorar con la lluvia o sonreír con el sol. El calor le afectaba igual que el frío, y para él el frío era como el calor. Tocaba en su gran tambor, empleando el viento como palillos. En algunas fases es evocador de Júpiter, puesto que arroja los relámpagos a la Tierra en forma de rayos. Lleva puestos unos cuernos, quizá para simbolizar su conexión con el relámpago, o puede que con la caza, ya que los dioses del trueno americanos son unos poderosos cazadores. Esta doble concepción surge de su posesión de la lanza del relámpago, o la flecha, que en algunos casos también le da el carácter de dios de la guerra. Extrañamente, dichos dioses de la caza en el aspecto, a menudo, se parecían a los animales que cazaban. Por ejemplo, parece que Tsul 'Kalu (Ojos Sesgados), un dios cazador de los indios cheroquis, se asemeja a un ciervo. Es enorme y vive en la gran montaña Blue Ridge Range, en el Noroeste de Virginia. Parece haber sido dueño de todos los animales para la caza como propiedad suya en el distrito. Un dios del trueno cheroqui, es Asgaya Gigagei (Hombre Rojo). El hecho de que sea descrito de color rojo, simbolizando por tanto el relámpago, y que los cheroquis fueran gentes de la montaña, no deja lugar a duda de que es un dios del trueno, puesto que las espesas nubes tormentosas se concentran en los picos de las montañas y el relámpago rojo que procedo de sus profundidades se parece a los miembros en movimiento de la deidad semioculta. También encontramos invocadas a veces en las fórmulas religiosas de los cheroquis unas deidades gemelas conocidas como los «Hombres Pequeños», o «Niños del Trueno». Esto nos recuerda que en Perú a los gemelos siempre se les consideraba consagrados al relámpago, puesto que eran emblemáticos de los gemelos del trueno y relámpago, Apocatequil y Piguerao. Todos estos dioses del meno son análogos a los Tlaloc Aztecas, los Hurakan Kiche y los Mixcoatl Otomi. A aquellos que estén familiarizados con la antigua leyenda inglesa de Herne el Cazador, con su cabeza de ciervo y su cornamenta, se les ocurrirá un ejemplo bien conocido del dios cazador o del trueno.Los indios dakota veneraban una deidad a quien se dirigían como Waukheon (Pájaro del Trueno). Dicho ser mantenía una lucha constante con el dios del agua, Unktahe, que era un astuto hechicero que dominaba los sueños y la brujería. Es probable que su conflicto simbolizara los cambios atmosféricos que acompañan las diferentes estaciones.

MICHABO

Michabo, la Gran Liebre, la deidad principal de los algonquianos. En los relatos de los viajeros más antiguos lo encontramos descrito como el rey de los vientos, el inventor de la escritura pictórica, e incluso como el creador y guardián del mundo. Cogiendo un grano de arena del lecho del océano, hizo de él una isla que lanzó a las aguas primitivas. La isla creció rápidamente a un tamaño grande; de hecho, tan excesivo era que un joven lobo que logró encontrar un camino en ella e intentó cruzarla murió de vejez antes de que pudiera acabar el trayecto. Se suponía que una gran sociedad «médica», llamada Meda, fue fundada por Michabo. Eran muchas sus invenciones. Observando a la araña tejer su telaraña, inventó el arte de tejer las redes para coger los peces. Proporcionó al cazador muchos signos y amuletos para emplear durante la caza. En el otoño, toma su sueño invernal, llena su gran pipa y fuma, y el humo que sale se puede ver en las nubes que llenan el aire de la neblina del verano indio.Hubo un poco de incertidumbre entre las diversas tribus algonquianas con respecto al lugar en que vivía Michabo, creyendo algunos que moraba en una isla en el lago Superior, otros creyendo que vivía en un iceberg en el océano Ártico, y otros más en el firmamento, pero la idea predominante era que su hogar estaba en el Este, donde surge el sol en las orillas del gran río Océano que rodea la tierra seca.Resulta muy curioso que un ser que poseía dichas cualidades se concibiera con el nombre y la forma de un animal tan tímido como la liebre, y no cabe duda de que la raíz original de la que se formé el nombre Michabo no significa «liebre». De hecho, la raíz wab, que es la sílaba inicial de la palabra algonquiana para «liebre», también significa «blanco», y de aquí se derivan las palabras para el «este», el «amanecer», la «luz» y el «día». Al proceder sus nombres de la misma raíz, se confundió la idea de la liebre y el amanecer, y el objeto más tangible se convirtió en el símbolo del dios. Por tanto, Michabo era el espíritu de la luz y, como el amanecer, el traedor de los vientos. Como señor de la luz, también se convirtió en el creador del relámpago. Sin embargo, está en constante conflicto con su padre el Viento del Oeste, y podemos ver en su combate la lucha diurna entre el Este y el Oeste, la luz y la oscuridad, conocida de muchas mitologías.Los modernos cuentos indios concernientes a Michabo hacen de él un mero espíritu mafioso, un bufón malicioso, pero en éstos podemos ver su carácter deteriorándose bajo la tensión de las condiciones modernas usurpando la vida india. Es en los cuentos de los viajeros y misioneros antiguos donde lo encontramos en su verdadero papel como un gran héroe de la cultura, el Señor del Día y el creador de la luz y la civilización. Cuando los primeros europeos pisaron tierra americana vieron que los nativos rezaban al Sol, la Luna, estrellas varias, lagos, plantas o arboles, hasta al viento o al trueno. Y también dirigían sus plegarias o pedían ayuda a pájaros, peces, o serpientes.



TORO SENTADO (Sioux Hunkpapa.1837-1890)
Si el gran Espíritu hubiera deseado que yo fuera un hombre blanco me habría hecho blanco... ¿Es un agravio amar a mi pueblo? ¿Soy malvado porque mi piel es roja? ¿Porque soy un sioux? Dios me hizo un indio." TATANKA YOTANKA (Toro Sentado)




"Cuando se encuentran dos seres son como dos pájaros delante de una llama. Esta llama tiene dos lados, uno que calienta y otro que quema. El lado que te calienta es el lado que te gusta de la otra persona. El lado que te quema es el lado que no te gusta de ella. Si tienes la paciencia de sentarte al fuego y de aguantar la quemadura hasta que poco a poco se va apagando la llama que quema, hallarás la llama que calienta y estarás bien. Si no tienes esa paciencia tendrás que dejar el fuego, o quemarte más allá de lo que quieres. Tendrás que dejar muchos fuegos, quemarte muchas veces y quizá un día te quemarás en tu propio fuego". (Leyenda Amaisi-Yaqui).



Seres mitológicos: las tribus del desierto

A menudo varios grupos culturales comparten los espíritus más poderosos, y tienen nombres y características similares. Hay numerosos espíritus de la naturaleza, como la Doncella del Arco Iris y los espíritus Trueno y Granizo que controlan aquélla. Además hay unos cuantos espíritus notables que son sumamente poderosos, pero están relacionados más específicamente con un pueblo.

Masauwu

Masauwu, la deidad Hopi del fuego y la muerte, gobierna todo el mundo Hopi, tanto la superficie de la Tierra como el mundo subterráneo. Es terrorífico y fuerte, lleva una máscara sencilla y manchada de sangre en la cabeza y va vestido con pieles sin curtir de animales. Todas las noches pasea por el filo del mundo sosteniendo una antorcha llameante. Los hombres no pueden mirarle; si lo hacen es probable que mueran de miedo ya que tiene el rostro de la muerte.

Una historia Hopi más reciente cuenta cómo Masauwu visitó al doctor Fewkws arqueólogo y etnógrafo Smithsoniano. Estaba estudiando ceremonias en la aldea de Walpi en 1898 y durante la parte sagrada de la Ceremonia Wuwuchim se le advirtió que se marchara y se quedara en su casa porque Masauwu iba a llegar. Allí fue aterrorizado por el dios, que se había convertido en una paja y había entrado a través de la cerradura. ¡Según los Hopi esta fue la razón de la partida del doctor Fewkwes de vuelta a Nueva York, no por la viruela que se le había declarado!

Usen y la Madre Tierra

Algunos creadores se esfuman pero otros son una fuente continua de poder. La deidad Apache Usen es un dios todopoderoso. Otros dioses Apaches tienen una importancia considerable, como los Gahan o Espíritus de las Montañas, que tienen poder para ayudar o dañar a la gente y la Mujer Pintada de Blanco, la madre de los Hermanos Gemelos. Ella y los gemelos tienen paralelos en toda el área cultural del Sudoeste. Los Navajo la conocen como Estanatlehí, o Mujer Cambiante, y para los Hopi es la Mujer de la Substancia Dura. Muy a menudo desempeña el papel de Madre Tierra. En los tres grupos culturales es la madre de los Hermanos Gemelos y suele volver a poblar el mundo después de haberse producido desastres.

Los Hermanos Gemelos, la Mujer Araña y Coyote

A los Hermanos Gemelos, cuyo padre es usualmente el Sol, se les conoce por vanos nombres, como Hermanos Gemelos de la Guerra y los Dos Amados. Muy a menudo representan el papel de héroes y sus actividades son cruciales para la prosperidad de los humanos. De un modo similar, en el mito Papago hay un dios llamado Iitoi, o Hermano Mayor, creado por el Hacedor del Mundo. Fue el primero que nació, cuando el cielo bajó y se encontró con la Tierra. Hermano Mayor ayudó al Hacedor de la Tierra a formar los seres humanos y el mundo, y es un protector de los Papago. Aunque los gemelos son poderosos de por sí, el Sol suele estar cerca para ayudarlos. Muchos grupos del Sudoeste consideran un padre al Sol, o Padre Cielo, y los bebés Hopi son presentados todavía al Dios Sol Tawa, al que se le notifica que ha empezado una nueva vida.

Otro espíritu poderoso es Mujer Araña, a la que se hace referencia también como Anciana Mujer Araña, Abuela Araña, Señora Araña, Abuela o Abuelita, y un pueblo puede conocerla por varios de estos nombres. El nombre que le dan los Hopi es Gogyeng Sowuhti y se aparece como una anciana o una araña pequeña. Los Hopi la consideran una medicina viviente: a menudo da consejos médicos, va en ayuda de la gente en peligro, es amable y siempre puede arreglárselas en cualquier situación.

Por contraste, Coyote goza de poder pero lo usa indiscriminadamente. Sus acciones traen cosas buenas y desastres. Coyote tiene características similares en todos los grupos culturales del Sudoeste y es conocido como un embaucador o un bufón. Sus hazañas lo convierten en un héroe mítico más que otra cosa, pero a menudo es parte integrante de la Creación y puede usar su poder para realizar buenas acciones. En el mito Navajo es el catalizador que fuerza a las personas a moverse de un mundo a otro y a menudo es responsable de esparcir las estrellas por el cielo.

Los Kachina

Los Kachina son el centro de la vida religiosa Hopi y son también muy importantes en muchos otros pueblos del Sudoeste. Quizá sean los espíritus sobrenaturales mejor conocidos. Los kachina tienen orígenes y propósitos variados pero se toman mucho interés en el bienestar de las personas. Los Hopi creen que cuando la gente buena se muere se convierte en kachina y se asocia con las nubes. La lluvia es extremadamente importante para la agricultura en el árido Sudoeste y a los kachina se los considera los portadores de la lluvia. Los Zuni los conocen como Koko o Pueblo Puro. Se los relaciona con la lluvia y con la capacidad de dar a la gente las cosas buenas de la vida, como la longevidad, la fecundidad, el poder, la fuerza de voluntad y la buena fortuna. Sin embargo, más que ser poderosos por derecho propio los kachina están considerados a menudo como seres que comunican a los dioses los deseos de la gente.

Los habitantes del pueblo Jemez tenían horror a un monstruo llamado Tsakapí´yadya, que cogía a la gente y se la comía, y capturaba todos los animales de caza. Los aldeanos pidieron a los Niños Gemelos que los ayudasen y después de cuatro días de preparación se fueron todos hacia la casa del monstruo, pero a mitad de camino los Niños Gemelos dijeron a los aldeanos que se volvieran. Cuando llegaron los gemelos el monstruo estuvo muy simpático, les felicitó por su fuerza, su valor y sus cánticos y les ofreció comida. Dijo que harían una competición para ver quien podía disparar una flecha a una montaña del Sur y los retó a apostar su vida en ello.

Los gemelos se mostraron dudosos y dijeron que no podían disparar una flecha tan lejos, pero el monstruo insistió. El mayor accedió con la condición de que aquel hiciera el primer disparo. Tsakapí´yadya disparó su flecha a la base de la montaña. Pero los niños dispararon las suyas justo por encima y después mataron al monstruo con un trozo pequeño de madera petrificada. Su cuerpo cayó en el cañón y se rompió en mil pedazos. Los gemelos rescataron a la gente que el monstruo había aprisionado, liberaron a los animales capturados y todos volvieron a sus casas.

El origen de los monstruos varía. En algunos mitos se considera que han estado presentes siempre; en otros son el fruto de los dioses o han sido creados por ellos como castigo para la gente que ha sido mala. Donde hay monstruos suele haber héroes que los matan y acaban con sus reinados del terror. Sin embargo, las hazañas del héroe Coyote usualmente son humorísticas, como en los cuentos Apaches recientes sobre cómo burla a los blancos.

Niño del Agua

Los monstruos se encuentran muy frecuentemente en los mitos de los orígenes. En el mito Apache Chiricahua narrado por Gerónimo, al principio el mundo estaba lleno de monstruos que mataban sin parar seres humanos. Muchos monstruos murieron en la batalla entre las bestias y los pájaros. El águila mató a uno de los más espantosos, al que las flechas no podían penetrar, volando alto y dejando caer un canto rodado sobre su cabeza. Después quedaron todavía algunos, entre ellos un dragón terrorífico que tenía cuatro capas de escamas y se comía a todos los niños. Sólo sobrevivió uno al que su madre escondió en una cueva. Un día el niño, Niño del Agua, salió a cazar con su tío, el monstruo olfateó su comida y después de luchar con Niño del Agua por la carne, éste le retó a una prueba en la que le ganó al penetrar con cuatro flechas las cuatro capas de escamas que cubrían su corazón. Desde entonces la gente vivió y prosperó.

Terror en los mundos Navajo

Los monstruos representan un papel extenso en el mito Navajo de la emergencia. El monstruo marino Tíeholtsodí inunda el tercer mundo cuando Coyote rapta a sus dos hijos, pero al escapar la gente al cuarto los persigue e inunda éste también. Al fin, en el momento en que las familias emergen en el quinto, descubren los niños y se los echan al monstruo que desaparece, y las inundaciones bajan. Hay más monstruos con los que luchar en el quinto mundo Navajo, enviados por Primer Hombre y Primera Mujer para castigar a la gente. Entre ellos se encuentran Yíetso, que junto con sus hijos come víctimas humanas, Delgeth, sin antílope que devora carne humana,, la Gente que Mata con el Rayo de Sus Ojos y el Coceador, un gigante que saca de una patada a los viajeros que transitan los senderos montañosos.

Monstruos devoradores de carne humana

Muchos monstruos tiene en común su predilección por la carne humana. Es una característica de los monstruos Papago, Águila Asesina y Hook, estos dos últimos muertos por Hermano Mavor. La mayoría de los monstruos mueren debido a que son burlados: Hook es atrapado en una cueva y ahumado hasta morir; a Águila Asesina le corta la cabeza Hermano Mayor, que entra en su cueva disfrazado de mosquito. El pueblo Acoma cuenta la historia del cazador Kasewats que al volver a su casa descubrió que su mujer había sido raptada por Sko´yo, una giganta. Para encontrarla se fue al manantial de donde había sido robada e hizo mucho ruido. Llegó la giganta, lo capturó y se lo llevó a su casa donde él encontró a su mujer con muchas otras personas aterrorizadas a las que Sko´Yo estaba engordando. Kasewats embaucó a la giganta y la mató. Liberó a todos y volvió a su casa con su mujer. Éste es un mito típico en el que la inteligencia vence a la fuerza.



Seres mitológicos: las tribus de las praderas

Las aventuras de Rostro Marcado

El mito Pies Negros de Rostro Marcado, que hace referencia a los poderes de la Estrella de la Mañana, el Sol y la Luna, relata las aventuras de un pobre joven al que se llamaba Rostro Marcado porque tema una larga y fea cicatriz en una mejilla. Estaba enamorado de la hija de un jefe, pero ella no quería casarse mientras él no encontrara una forma de quitarse la cicatriz. Buscando desesperadamente ayuda sobrenatural con ese fin, parte hacia los Dominios del Sol en un viaje lleno de aventuras que culmina con la matanza de siete gansos blancos muy grandes y siete grullas agresivas cuyas cabezas lleva al Sol. Así, los Pies Negros explican el origen de su costumbre de arrancar el cuero cabelludo -prueba de que habían vencido al enemigo- refiriéndose a este episodio de la mitología.

El Sol se quedó tan impresionado con aquellas muestras de valor que regaló a Rostro Marcado un bello traje adornado con pieles de comadreja. Rostro Marcado se casó después con la hija del jefe y se convirtió en uno de los ejecutantes de ceremonias más famosos entre los Pies Negros.

El mundo de los espíritus de los indios Crow

Los conceptos de los indios Crow sobre los poderes sobrenaturales se explican en el mito que trata de Eehtreshbohedish, El que Empieza Todas las Cosas o Primer Trabajador, que estaba compuesto de los muchos elementos vaporosos que existían antes de que formara el mundo. Decían que Primer Trabajador daba a todas las cosas un propósito y un poder al que llamaban Maxpé o medicina. Podía ser otorgado a los hombres por un, auxiliador sobrenatural para asistirlos a lo largo de su vida en la Tierra, pero hacían alguna distinción. Por ejemplo, en sus ceremonias más importantes, como la Danza del Sol o los rituales de la Sociedad del Tabaco, los Crow ofrecían sus oraciones directamente a Primer Trabajador.

El concepto Lakota de poder

Los Lakota se consideraban superiores al resto de la humanidad, pero ante las fuerzas admirables de la naturaleza se convertían en suplicantes humildes y débiles que suspiraban por conseguir -a través de una visión o un sueño- algunos de los poderes que observaban diariamente a su alrededor. Percibían una fuerza que impregnaba todo, Wakanl, el poder del universo, que se manifestaba en el azul del cielo o en los brillantes colores del arco iris.

Además estaban el eco terrorífico del trueno y el destructivo poder, asociado a él, del rayo. Éstos, junto con el viento y el granizo por nombrar dos fenómenos más, eran considerados como fuentes potenciales de poder que, si se aprovechaban simbólicamente, podían usarse para conseguir lo mejor para el individuo. Así, se apelaba a la mayoría de estos poderes en las ceremonias de la Danza del Sol y la Guarda del Espíritu. Wakan-Tanka, el Gran Misterioso, era la totalidad de la fuerza creativa del universo Lakota.

Aunque se reconocía que Wakan-Tanka podía ser uno y muchos a la vez, sólo los chamanes intentaban una clasificación sistemática con el Tóbtob Kin, un sistema que el hombre común no comprendía del todo. Los chamanes decían también que Wakan-Tanka podía comunicarse con los hombres a través de los Akicita Wakan o Mensajeros Sagrados. Aquellos que habían tenido visiones dibujaban a veces lo que habían experimentado, y se encuentran representaciones tanto realistas como convencionales de esos mensajeros y espíritus en objetos de la indumentaria Lakota, como los escudos y las túnicas de guerra. La clave de su interpretación se encuentra en la comprensión del Tóbtob kin.

El universo Pawnee

En la mitología Pawnee Tirawahat era el ser supremo. El azul del cielo estaba asociado a él y se hallaba siempre presente en todas las cosas, especialmente en la tormenta. Dicha mitología relata también que en invierno los dioses se retiraban de la Tierra y que el primer trueno de la primavera era la señal de que una vez más volvían su atención hacia ella; así comenzaban la ceremonia del Trueno y otras sucesivamente. Se creía que el primer trueno era la voz de Paruksti, la deidad mensajera de Tirawahat, y que, mientras viajaba por encima del suelo con su sonido haciendo las veces de habla, la Tierra volvía a despertarse y la vida comenzaba de nuevo. Su vuelta se celebraba con el comienzo de la Ceremonia del Trueno que tradicionalmente inauguraba el año ceremonial y la gente daba las gracias a los espíritus todopoderosos por la renovación, el crecimiento de los cultivos, el nacimiento de animales y pájaros y el retorno del búfalo, el ciclo de toda vida en la Tierra.

Como en otras regiones, los héroes de Las Llanuras aparecían con formas diferentes, pero casi siempre surgían directamente de los animales del mundo que los rodeaban. En la mitología de los Crow, por ejemplo, se consideraba a Coyote especialmente poderoso, y se le atribuía el alcanzar la vida por su propio esfuerzo. Se transforma de animal a hombre y al revés según las circunstancias.

Coyote Hombre Anciano y el verano

En este cuento el verano y el invierno están guardados en diferentes sacos de colores que pertenecen a Mujer de Corazón Fuerte que da al país de los Crow el invierno, mientras el Sur está siempre en verano. Desesperado del clima, Coyote Hombre Anciano dice a un joven que se va a marchar detrás del verano y obtiene cuatro animales machos para ayudarle -un ciervo, un Coyote, una liebre y un lobo- y se asegura de cuánto pueden correr. Con el fin de levantar pasiones sexuales Coyote Hombre Anciano se convierte en un alce y al llegar a la tienda de Mujer de Corazón Fuerte se descubre. Mujer sale de su refugio al oír gritos y Coyote aprovecha la oportunidad para deslizarse dentro. Cuando Mujer vuelve, Coyote se enfrenta con ella en la entrada y la domina restregando en su cara una pintura medicinal. Después se lleva el saco que contiene el verano y corre con él hasta que se cansa y lo relevan sucesivamente la liebre, el ciervo y por último el lobo. Al llegar a la región de los Crow el lobo abre el saco y se llega al acuerdo de que cada país de allí en adelante tendrá verano e invierno.

La Gente Pequeña

Son un ingrediente común de la mitología de Las Llanuras las criaturas que parecen enanos. Entre los Crow en particular, Aratace, o Arroyo de la Flecha, a petición de un enano mítico que quería flechas disparó a las hendiduras de Roca de la Flecha como ofrenda a dicha criatura. Todavía hoy se hacen ofrendas a un espíritu que guió al último gran jefe Crow Plenty Coups (Golpes Abundantes) durante su primera visión en la cumbre de la montaña.

Sin embargo, no toda la Gente Pequeña era benévola. El Dakota y Lakota Canotina o Canotili era un espíritu poderoso que solía aparecerse como un hombre pequeño y que vivía en los bosques dispuesto a enfrentarse con los cazadores solitarios. Era malévolo y debía evitarse porque hacía que la gente se perdiera en los bosques. Su aparición producía terror a los hombres, ya que si lo veían moriría uno de sus parientes cercanos.

Mitos de la estrella entre los Pies Negros

Los protagonistas principales de los mitos Pies Negros de la estrella aparecen como cuerpos celestes o se convierten en ellos al final de su paso por la Tierra. Varios de estos mitos explican el origen de la llamada del búfalo y episodios de las ceremonias como los asociados con la Danza del Sol. Generalmente los animales tienen un papel importante en estos rituales, son personas disfrazadas y se los identifica en las descripciones como Mujer Nutria, Mujer Grulla, Hombre Castor y Mujer Alce. La última se refiere a la hechicera que era dirigente principal en la Danza del Sol y que en la mitología Pies Negros sacó del cielo un nabo prohibido.

Poder de la Estrella de la Mañana

En la mitología Pawnee la Estrella de la Mañana es un jefe de los hombres y ayuda en la creación del universo. Viaja con su hermano, el Sol, a la tierra de las estrellas occidentales intentando vencer el poder de la Luna, que ha matado a todos las estrellas hombre que se han acercado previamente. Esta figura heroica utiliza el poder de un haz sagrado y un garrote de guerra para vencer los obstáculos que pone la Luna en su camino y así entra en el pueblo de las mujeres estrella.

Monstruos acuáticos

Los monstruos acuáticos figuran de una manera prominente en la mitología Siux y los Lakota los denominan Unktehí; sus poderes se centran en el agua, donde ninguna otra fuerza puede molestarlos. Se creía que eran los autores de las inundaciones, que vomitaban de sus bocas, y que cogían seres humanos o animales para comérselos. Su poder residía en sus cuernos y colas que podían sacar o retraer a su gusto. Estaban en un estado de guerra continuo con Wakínyan, el mitológico Pájaro Trueno. Se decía que las serpientes, los lagartos, las ranas, los fantasmas, los búhos y las águilas eran los subordinados de los Unktehí.



Seres mitológicos: las tribus de la costa

Cuervo tiene muchos nombres en la Costa Noroeste. En el principio de los tiempos viajó por todo el mundo y el cosmos como un héroe que terminaba el trabajo de la creación. Aunque la sabiduría y la integridad no eran los rasgos más acusados del astuto Cuervo, a menudo fue sin querer el benefactor de muchas comunidades humanas, al llevarles el primer salmón, las primeras bayas y otros regalos como el Sol, la Luna, las estrellas, las mareas, los ríos y los arroyos.

El Sol y la Caja de la Luz del Día.

Muchas historias de Cuervo empiezan con el relato de cómo robó el Sol. Primero dejó embarazada a la hija de Jefe del Cielo convirtiéndose en una aguja que ella tragó al beber agua. El niño que nació era en realidad Cuervo disfrazado. El nieto del Jefe del Cielo creció rápidamente y, como hacen los mitos, el pequeño se volvió irritable y lloraba cuando no podía conseguir lo que quería. El abuelo, que lo adoraba, ansioso de complacerle como todos los abuelos y quizá ansioso también de que dejara de gritar, le dio la caja que contenía la Luna. Al abrir la caja la Luna se escapó al cielo. Los llantos volvieron a comenzar y el siguiente juguete ofrecido fue una caja más grande en la que se encontraba el Sol: la Caja de la Luz del Día.
Cogiéndolo, el niño se convirtió de nuevo en Cuervo y se fue por el hueco de la chimenea de la gran casa del Jefe. Viajó por todo el mundo con la Caja de la Luz del Día abierta y no sólo llevó luz a los espíritus del mundo, sino que les dio a muchos de ellos las formas físicas que tienen hoy día.

El Pájaro Trueno.
Todos los pueblos de Norteamérica cuentan historias del Pájaro Trueno, de su tamaño monumental y su inmenso poder. Veloz provocador de la muerte, el devastador poder sobrenatural de Pájaro Trueno está representado por dos “cuernos” en su cabeza. Es un ser tan enorme que volcanes apagados acunan su nido. Llamado Hagwelawremrhskyoek o Águila de los Monstruos del Mar por los Tsimshian este pájaro gigante baja en picado desde el cielo y devora ballenas. Cuando parpadea lanza un rayo y un trueno retumba con el aleteo de sus grandes alas. En la Danza del Pájaro Trueno de los Salish (Comox) de la costa se prendía fuego a una pequeña cantidad de pólvora cerca de la entrada de la casa ceremonial para representar el centelleo de sus ojos. Según los Tinglith ver u oír a un Pájaro Trueno volvía rica a una persona.

La ballena

De todos los grupos de la Costa Noroeste sólo Nuu-chah-nulth cazaba ballenas, el «salmón del Pájaro Trueno». En sus historias Pájaro Trueno tiene Culebras Rayos bajo sus alas que lanzaba hacia abajo para matar a las ballenas que salían a la superficie del mar. Los balleneros pintaban la imagen de Culebra Rayo en la proa de su canoa y después la ocultaban con pintura negra: así se transfería a los cazadores el poder de los armas letales de Pájaro Trueno.

La monumentalidad es un rasgo de la cultura material de la Costa Noroeste ejemplificada en los altísimos postes en frente de enormes casas entarimadas. Estas viviendas no sólo albergaban muchas familias sino que metafóricamente eran lo bastante grandes para contener el universo durante las ceremonias de invierno. La monumentalidad es también un rasgo en la descripción de los espíritus todopoderosos de la costa, incluidas esas amalgamas de formas naturales que llamamos «monstruos». Muchos de esos monstruos pueden tomar cualquier forma. A menudo proporcionan a los hombres una riqueza monumental, pero a veces son también la fuente de un miedo y un peligro casi inimaginables.

El embaucador

La importancia de Cuervo como héroe es paralela a la de su papel de embaucador supremo. En su búsqueda voraz de comida y sexo Cuervo es un monstruo que se transforma, un bufón lujurioso y con frecuencia un tonto avergonzado. En algunas Cuervo pierde o daría partes de su anatomía al intentar robar comida o sexo; en otras adopta distintos disfraces humanos o animales para obtener favores sexuales ilícitos.

En algunos de los cuentos más escabrosos el pene de Cuervo es tan largo que tiene que enrollarlo alrededor de su cuello como un lazo. En unas cuantas de estas aventuras Cuervo triunfa y seduce a varias mujeres bellas (y hombres); en otras, sus tretas amorosas están expuestas unas veces de una forma humillante y otras de una forma dolorosa. Cuentos de humillación y triunfo, de comportamiento noble y alocado, de reverencia e irreverencia, las historias de Cuervo iluminan las paradojas fundamentales de la vida humana.

Criaturas del agua

Entre las tribus del Norte se considera mucho a un poderoso ser marino llamado Gonaquadet por los Tinglit o Gínaxcametk por los Tsimshian y Wasgo o Susan por los Haida. Monstruos portadores de riqueza que viven en el mar o en un lago, Gonaquadet y los de su índole pueden adoptar cualquier forma.

Muchas de las historias narran que Gonaquadet ha entregado su piel a un héroe humano -generalmente un inadaptado de algún tipo-, que realiza sorprendentes proezas sobrenaturales, como salvar a la aldea de la muerte por hambre proporcionando a sus habitantes alimentos que son inagotables. Su premio es la inmortalidad. Vestido con la piel del monstruo, el héroe es la correspondencia mitológica de los iluminados espiritualmente y de los caciques poderosos en la sociedad de la Costa Noroeste.

Las historias Kwakiutl describen el poder de una gigantesca serpiente de dos cabezas con la lengua como un dardo y un rostro humano en el centro de sus cuerpo. Cada una de las tres frentes de Sisíutl están adornadas con cuernos de poder como los del gran Pájaro Trueno. Famoso por su rapidez y apetito voraz es un animal carnívoro que parece una serpiente, nada como un pez y puede trasladarse por la superficie de la tierra y también por debajo. El hecho de verla, tocarla o incluso pasar por su rastro baboso puede convertir a la gente en piedra o espuma o hacer que se desvanezca. La Sísíutl se puede transformar en una gran variedad de formas incluida una piragua autoprotectora que debe ser alimentada de focas. Pero si se la mata adecuadamente su piel puede usarse como cinturón y su propietario, que suele ser un guerrero, queda protegido de la muerte. Este impresionante poder protector de Sisíutl está representado visualmente en muchos frentes de casas, máscaras y atavíos de danza.



Seres mitológicos: las tribus de los bosques del norte

Entre los habitantes del nordeste no es sorprendente encontrar al sol en una posición importante en la cultura de la región, ya que ocurre lo mismo en tantos otros sistemas de creencias. Un concepto común pero mas intrigante es el de la dualidad del bien y el mal y sus constantes luchas por ganar la supremacía.

El Sol

Con sus diferentes nombres de Abuelo, Hermano Mayor, Gemelo Bueno, Jefe Honrado, Gran Guerrero y Dios de la Guerra, el Sol jugó un papel esencial en los primeros tiempos de todos los grupos. Era eterno, veía y penetraba todas las cosas, era también fuente del crecimiento y el vigor, el padre y maestro de toda vida y el dador de la luz del día. La extensión y variedad de esta veneración del Sol (incluida su representación terrena como fuego) da fe de la antigüedad e importancia de su papel.

Los pueblos de los Grandes Lagos (como los antiguos Mimac) asociaban al Sol también con la guerra. En su modalidad de Gran Guerrero y Jefe de la Guerra se le honraba con torturas rituales, quitando cabelleras, y con la quema sacrificial de los cautivos de guerra. Se creía que los guerreros se beneficiaban de su protección en las batallas y, ellos señalaban este poder colgando un amuleto con la figura del Sol sobre sus torsos.

Manabus

Este héroe cultural de los Algonquianos (conocido también como Nanabojo) tiene una personalidad muy viva y un tanto enigmática. Las historias antiguas lo presentan como el dador y amo de la vida y como introductor de las invenciones tecnológicas –hacer, fuego, ropa, cepos, lazos, redes-, de las que enseñó a la gente su utilización. Sus enseñanzas proporcionaban también a cada una de las especies de la flora y la fauna formas de protegerse de los enemigos. Y en su papel de intermediario entre el Creador y el pueblo, Manabus llevó los poderes de Mídewíwín para prolongar la vida al mundo de la Tierra.

Sin embargo, Manabus se ha hecho famoso como embaucador que engañaba y hacía tratos con los seres humanos. Junto con esto se encontraba su habilidad para transformarse en una serie de formas corporales, incluida la de liebre. Estas numerosas encarnaciones de diversas personalidades sugieren que Manabus es la quintaesencia de la personificación del concepto de Vida.

Hacedor del Mundo

El Creador o Gran Espíritu de los Winnebago creó los espíritus que viven por encima de la Tierra, los que viven en la tierra y los que viven debajo de ella y en el agua. Así, fue él quien creó el mundo y todo lo que existe en él y quien le envió sus grandes héroes transformadores Embaucador, Tortuga y Liebre. En este panteón Winnebago, Hacedor del Mundo, como dios de paz, es la antítesis de la violencia y prepotencia de las ceremonias dedicadas a enaltecer a los guerreros y la guerra. Después de crear el tabaco, Hacedor del Mundo dio su poder al pueblo para que tuviera algo deseable que intercambiar con los espíritus a cambio de sus favores. A menudo descrito como antropomórfico, Hacedor del Mundo estaba simbolizado por una cruz que representaba los cuatro puntos cardinales.

Glooskap

Similar a Manabus, la posición de Glooskap en el panteón de los Algonquian del Este es paradójica. Su divinidad, establecida en algunos relatos como creación del Gran Espíritu se reconocía en los especiales poderes espirituales y físicos que tenía. Fue él, como protagonista, quien compitió con el Creador para dar existencia a las cosas. Otras veces se le representa como el Gemelo Bueno que luchaba constantemente contra los poderes destructivos de su maligno hermano Malsum. Incluso en su papel de embaucador Glooskap sigue siendo benévolo.

El tema de los gemelos

Según la mitología Iroquoian Mujer Cielo (o a veces su hija) tuvo dos gemelos llamados Iouskeha, el Gemelo Bueno, y Tawíscaron, el Gemelo Malo. El bueno nació de una forma natural, pero el malo salió disparado de la axila de su madre matándola en el proceso.

Iouskeha, que tema la capacidad de crear de una manera constructiva, hizo las plantas, los animales, los pájaros y la humanidad, mientras Tawíscaron, que controlaba las fuerzas destructivas, trataba de destruir el trabajo de su hermano. Juntos crearon un mundo dividido y sin embargo equilibrado. En una última batalla despiadada Gemelo Malo murió y Gemelo Bueno subió al Mundo del Cielo o Mundo Superior como Amo de la Vida.

Este tema de los gemelos, que da forma corporal a los poderes del bien y del mal, prevalece entre otros grupos del Nordeste y también en otras regiones. En las regiones del este Glooskap y su gemelo Malsum, o Lobo, vinieron al mundo y actuaron en él de forma similar a los gemelos Iroquoian. Las historias que refieren sus andanzas refuerzan el concepto de un dualismo inherente en la estructuración de las culturas y en la batalla continua entre los principios del bien y del mal. Esto es así también entre los Chippewa/Ojibwa, los Potawatomi y los Ottawa que proporcionan un hermano a Nanabojo. En estas versiones alternativas es el hermano el que se representa como una liebre.

Muchos de los temas del Nordeste son iguales a los de otras regiones -las serpientes, los monstruos submarinos y demás- y surgen de la diversidad de la naturaleza. También lo son los temidos seres antropomórficos -carulales, enanos y cabezas desencarnadas- que resultan fuentes de poder y de medicinas. Un concepto más nuevo es el de los Rostros Falsos de los Iroquoi, aunque incluso ellos tienen semejantes en otras partes.

Pájaro Trueno

Un águila (Winnebago) o un halcón (Cliipewa/ojibwa) con ojos que despedían rayos y truenos que surgían con el batir de sus alas vivía en el Mundo Superior. Era corriente ofrecer a Pájaro Trueno y sus ayudantes una ceremonia de humo dirigido a los cuatro puntos cardinales cuando se les oía. Como aliado y protector de los hombres, Pájaro Trueno ayudaba en los cultivos enviando agua a la tierra y la hacía más segura al aterrorizar y devorar finalmente a la temida Culebra de Agua del Mundo Inferior. Una búsqueda de visiones común entre los jóvenes y los hombres era la que requería el poder benévolo de Pájaro Trueno como espíritu guardián. Los que recibían esas visiones ganaban las batallas y estaban protegidos en la vida diaria. Capaz de convertirse en una forma humana, ambas manifestaciones de Pájaro Trueno están representadas a menudo en el arte nativo.

El monstruo submarino

En las tribus de los Grandes Lagos se creía en una fuerza sobrenatural que se aparecía como un mamífero o como una serpiente. Como mamífero el monstruo surgía en forma de pantera, lince u oso submarino con características tan anómalas como cuernos, púas parecidas a las de los dragones y escamas. En su forma serpentina su carne era de cobre puro y poseía cuernos, un cuerpo velludo y a veces piernas. Esta fuerza maligna buscaba continuamente destruir al hombre tanto en el agua como en la tierra. Era raro que tuviera éxito debido a los esfuerzos denodados de Pájaro Trueno. Un solo aleteo de sus alas con el trueno consiguiente era suficiente para mandar al monstruo a las profundidades del Mundo Inferior.

Rostros Falsos

Estos seres sobrenaturales de los Iroquois eran cabezas voladoras sin cuerpo, con largos cabellos ondulantes y enormes ojos, que buscaban atemorizar a los incautos. Manifestados en máscaras talladas de árboles vivos por los Iroquois, los Rostros Falsos se usaban en los ritos de sanación celebrados por la Sociedad de los Rostros Falsos. Cada máscara tema su propia historia del origen y la más importante era la Vieja Nariz Rota cuyos rasgos torcidos surgieron cuando se atrevió a contestar la supremacía del Creador. A consecuencia de esta confrontación se dio a conocer como el Gran Médico destinado a vagar por la Tierra sanando a la gente. El poder de curación de todos los Rostros Falsos se adquiere y renueva por medio de los ritos de las Sociedad y la asociación ritual de las máscaras con el fuego sagrado, la tortuga y el Árbol Cósmico. Cuando no se utilizan su poder espiritual debe mantenerse vivo alimentándolos frecuentemente con tabaco.

Los Hombres Pequeños

Los May-may-gway-shí Algonquianos - eran los Hombres Pequeños, que vivían en cuevas o grietas de rocas junto al agua. Muy aficionados a los peces, salían a robarlos de las redes de los indios. Si los veían o perseguían, estos barbudos hombres pequeños remaban a toda prisa en sus canoas de piedra y se metían directamente en la roca donde desaparecían. Se decía que eran ellos los que tallaban y pintaban los petroglifos y las pictografías y en algunos lugares se les atribuían también las huellas de manos rojas impresas en las rocas. Tenían un poder espiritual muy fuerte y sólo los chamanes más dotados eran capaces de entrar en las rocas para darles tabaco a cambio de la potente medicina que había en ellas.

Gigantes

Entre los Iroquois y los Chippewa/Ojibwa los gigantes eran criaturas temibles que mostraban aficiones tan terroríficas como la de consumir carne humana. Los Gigantes de Piedra de los Iroquois, parecidos a los hombres y cubiertos con mantos de pedernal, eran unos caníbales codiciosos que devoraban todo lo que encontraban en su viaje desde el Oeste. El gigante caníbal de los Chippewa/Ojibwa venía del Norte matando y comiéndose a todos los que se mostraban amables con él. En una aldea que había a su paso un niño se escapó y cuando llegó a la edad adulta decidió vengarse. Invocó a los espíritus para pedirles poder y ellos le enviaron 100 hombres alados para que lo ayudasen. Juntos planearon la estratagema de atraer al caníbal gigante con un banquete de su carne favorita de oso blanco.

El monstruo sucumbió a la tentación y al quedarse aletargado después, los espíritus alados lo aporrearon hasta matarlo. Una hueste de animales pequeños lo devoró en seguida y, luego sus huesos fueron consumidos por el fuego. Las cenizas, esparcidas por los cuatro vientos, se convirtieron en las aves del aire.



Seres mitológicos: las tribus de los bosques del sur

Aunque el mundo de las tribus de los bosques del sudeste contiene una variedad sorprendente de seres sobrenaturales, no hay duda de que los que aparecen con mayor regularidad son la Gente Pequeña y los Inmortales. Los Cherokee les llaman los Yunwi Tsunsdi y los Nunnehi y ambos seres sobrenaturales aparecen en los mitos de los Choctaw, los Creek y los Catawba, aunque con nombres diferentes.

Para estas tribus, su mundo (Mundo Medio) era a menudo el campo de batalla de la guerra sin fin entre las divinidades superiores y las fuerzas malignas que se encontraban debajo de la tierra. Esta guerra estaba representada simbólicamente por el halcón y la serpiente. Aunque los mortales sentían una afinidad con las criaturas del Mundo Superior, se encontraban con frecuencia víctimas tanto de los halcones como de las serpientes. Los Alabama, Natchez y Cherokee cuentan historias de Tlanuwa o Gran Halcón; y los Cherokee, Creek y Coasati de Uktena o Gran Serpiente.

La Gente Pequeña

se parece mucho a los gnomos irlandeses o «gente diminuta». Son traviesos, dados a las bromas, y les encanta la compañía de los niños. Sin embargo, cuando se enfadan pueden ser de lo más terroríficos y devastadores. Como los Cherokee, los Catawba tienen numerosas historias sobre niños robados por la «pequeña gente salvaje» y todas las culturas del Sudeste les atribuyen poderes mágicos. Según los Cherokee miden unos 90 centímetros y tienen el pelo largo. Aunque generalmente se les describe desnudos, algunas historias hablan de sus «vestidos blancos». Un mito Cherokee describe un festival anual de gente pequeña que se reúne en primavera en la cumbre de una gran montaña plana, y sus vestidos blancos hacen que la montaña parezca cubierta de nieve".

Invariablemente, verles es un presagio de muerte cercana. Una serie de mitos del Sudeste hablan de Cherokee que se han perdido en unas montañas desiertas; descubiertos por la Gente Pequeña son escoltados a villorrios donde tienen una serie de encuentros mágicos. Las serpientes se convierten en cinturones y las tortugas acuáticas se transforman en asientos. La comida aparece mágicamente, pero si los Cherokee intentan llevársela a su casa se convierte en polvo y ceniza. Con frecuencia, después de conducir a sus visitantes perdidos cerca de sus hogares la Gente Pequeña les advierte que no cuenten dónde han estado hasta pasadas tres semanas. A menudo el Cherokee perdido no hace caso del aviso y muere al poco tiempo.

La Gente Pequeña a veces prepara a niños para que sean hechiceros. Los Choctaw llaman a la Gente Pequeña Kwanokasha y cuentan una historia en la que un niño robado (generalmente un niño enfermizo) es conducido a una cueva donde tres espíritus prueban su valía para llegar a ser sanador. Le ofrecen escocer entre tres cosas: un cuchillo, hierbas venenosas y «hierbas de medicina buena». La elección del cuchillo indica una naturaleza cruel; si elige las hierbas venenosas el niño carece de discernimiento y no puede curar a otros, si selecciona las hierbas buenas lo preparan durante tres días y le advierten que no cuente nunca lo que ha aprendido y que no use sus nuevos poderes curativos hasta que alcance la mayoría de edad.

Aunque aparecen en muchas culturas del Sudeste, los Inmortales están descritos muy profusa-rnente entre los Cherokee. En general invisibles, no toman en consideración la ley natural y viven donde quieren: bajo el agua de los lagos, en el cielo o bajo la tierra. Un montículo llamado Nikwasi, que se encuentra cerca de Franklin en Carolina del Norte, fue construido supuestamente encima de uno de sus hogares. «Humo claro» de su pueblo se eleva de la fisura de una roca en el cercano Tuckaseigee y una serie de historias regionales tratan de los poderes curativos del cálido vapor. Los Cherokee describen a estos Nunnehi con las cabezas en forma de calabaza, sin pelo y altos. Como les encanta bailar, los Nunnehi se disfrazan con frecuencia de mujeres y asisten a las fiestas Cherokee. Hay varias historias cómicas dedicadas a hombres que se enamoran de los Nunnehí disfrazados e intentan seguirles a sus hogares. Los Nunnehí entran en un lago o en un acantilado rocoso dejando atrás a sus desconcertados galanes.

Los Nunnehí son espíritus benévolos que se encuentran entristecidos por el sufrimiento en que han incidido los mortales Cherokee y en ocasiones les prestan ayuda. Una historia muy conocida relata cómo los Nunnehí intentaron una vez trasladar a los Cherokee a su mundo donde nunca enfermarían ni envejecerían. (Una variación de estos mitos avisa a los Cherokee de la llegada del hombre blanco y los urge a reunirse con los Nunnehi en un mundo más allá del alcance de aquel.) Estas historias narran que los Nunnehi fueron a todos los pueblos Cherokee y dijeron a sus habitantes que ayunaran durante siete días y siete noches.

Volvieron a la séptima noche y condujeron a todos lo que habían ayunado a una montaña cercana (que ahora se llama Pilot Knob) donde los aldeanos pasaron a través de una sólida roca para entrar en el reino de los Nunnehp. Como la mayoría de los Cherokee no habían cumplido con la palabra dada y no habían terminado el ayuno se quedaron atrás. Desde entonces los Cherokee han esperado en vano la vuelta de los Inmortales.

El Gran Halcón

Los Tlanuwa anidan en picos de montañas cerca de pueblos y grandes ríos. Los gigantescos pájaros atacaban a los niños llevándoselos para alimentar a sus pequeños. Una popular historia describe a un joven que fue transportado al nido del Gran Halcón, pero se las arregló para escapar montándose sobre uno de los polluelos hasta llegar a la copa de un árbol.

Una variante de este tema específico se refiere a una abuela que rescata a su nieto metido en el nido y arroja a los pájaros jóvenes al río, donde se los come la culebra de agua, Uktena. (En una variación sobre el tema la anciana «crea» la serpiente tirando una cuerda al río.) Los padres, al volver, encuentran el nido vacío y ven a Uktena en el acto de comerse a sus polluelos. Enfurecidos, atacan a la culebra, la sacan del agua y mientras uno la sostiene en el aire su pareja la despedaza. (Esta historia se usa para explicar cómo se produjeron una serie de formaciones rocosas inusuales en el río Tennessee. Fueron creadas por los trozos de Uktena caídos en el río.) Una vez perdida su nidada los pájaros ascendieron al Mundo Superior y río volvieron nunca más.

La Gran Serpiente

Uktena impregna la mitología del Sudeste. Hayvariaciones menores en su apariencia: en la mitología Cherokee se adorna con una gran joya resplandeciente en la cabeza y siete bandas de colores alrededor del cuello; en algunas versiones la serpiente tiene «cuernos como un ciervo» o alas y le es posible desenvolverse en el agua, en tierra o en el aire. Entre los Creek, Yuchi e Hítclúü se convierte en una «culebra de collar» y ataca a los niños y a los pescadores.

Resulta bastante extraño que el chamán que al fin destruyó a Uktena no fuera un Cherokee sino un Shawano, enemigo mortal de los Cherokee. A cambio de su vida Aganunítsí (Madre del Gran Cerdo) prometió a los Cherokee que mataría a la serpiente y que les llevaría el mágico cristal incrustado en su cráneo para que sanase a los enfermos, llenara los ríos de peces e hiciera crecer el maíz. El chamán mantuvo su palabra. Aganunítsi atravesó el corazón de Uktena disparando una flecha a la séptima banda de color que rodeaba su cabeza.

Entonces llamó a todos los pájaros del mundo para que fueran a alimentarse de la carne de la culebra durante siete días. Después de encontrar la piedra mágica entre los huesos de Uktena volvió a la aldea Cherokee. Como había prometido, el «cristal fulgurante» hizo prosperar a los Cherokee, pero el chamán fue menos afortunado. Debido a que una gota de la sangre de la serpiente le tocó, le creció en la cabeza una culebra con los ojos inyectados en sangre. Se convirtió en esclavo de ella y de la piedra mágica, y tenía que matar para alimentarlas.

El extenso número de historias sobre la Gran Serpiente y las frecuentes referencias de los tempranos viajeros por el Sudeste acerca de la creencia, ampliamente difundida, en su existencia sugiere que Uktena había adquirido algo parecido al estatus de tótem. Aparece en incisiones hechas en conchas de caracoles marinos, jarros y collares. En las tribus de Florida grabados similares representan a la serpiente con la cabeza de un puma y los mitos correspondientes sobre el Gran Puma del Agua son variaciones de los mitos de Uktena. Cuando Sir Alexander Cumming viajo al Sudeste en 1730 encontró referencias frecuentes al «cristal sanador» que estuvo en un tiempo en la cabeza de Uktena y conversó con hechiceros que afirmaban poseerla.

Los hechiceros de las tribus Seminola, Creek, Cherokee y Choktaw hablan todavía del cristal sanador que puede profetizar, curar enfermedades y acabar con la esterilidad de las mujeres. En todo el Sudeste existe un número considerable alrededor del «cristal sanador». Los chamanes de las tribus creen que la piedra perderá su poder si gentes que no sean indias saben donde está situada. En algunas tradiciones, el cristal debe alimentarse con sangre fresca cada siete días, o si no se convierte en un espíritu vengador que busca por la noche al hechicero que no se ha ocupado de alimentarlo.


Seres mitológicos: las tribus del lejano oeste

En la Cuenca, y en menor grado en el Altiplano, la mayoría de los espíritus poderosos eran elementos de la naturaleza y no divinidades separadas. La divinidad más importante, como tal, en ambas áreas era el Creador, al que se conocía usualmente como Nuestro Padre. En la Cuenca a menudo era el único ser supremo, mientras que en el Altiplano se mencionaban a veces otros espíritus poderosos. Entre los Cayuse Hon-ea-woat era el Gran Espíritu, entre los Lillooet era el Gran Jefe, entre los Washoe era El Espíritu de Arriba.

Nuestro Padre era importante no sólo para las religiones indígenas sino también para movimientos intertribales como el Peyotismo, religión centrada en la consumición ritual del peyote, que altera la mente. El Peyotismo, que se extendió a los pueblos de la Cuenca durante las dos últimas décadas del siglo XIX y alcanzó su cumbre en la de 1940, incluía en su parafernalia un fetiche de Padre Peyote. Los Shoshoni del Este y otros tenían una Danza del Padre en la que daban gracias a Tamapó y rezaban por sus continuas bendiciones; era también una súplica para mantener a los niños a salvo de la viruela.

Hay quienes consideran la cuestión de si el concepto Nuestro Padre fue influido por el contacto con el Cristianismo, pero parece más bien que es de procedencia aborigen. En todo caso, el hecho de que todos estos mitos se hayan traducido y alterado al pasar de formas orales a escritas implica que no se les puede adscribir nunca significados precisos.

Lobo

Lobo era a veces un sustituto intercambiable del dios supremo. Los Shoshoni del Este le llamaban Pía Apó, o Padre Grande, y a Coyote Teí Apó, o Padre Pequeño. Entre los Paiute del Norte el Creador era Níimüna, o Lobo Gris. Se consideraba a Lobo creador de las gentes y el sistema solar, y lo conocían también como Padre algunos Shoshoni y Bannock del Norte, los Ute, algunos Paiute del Sur y algunos Shoshoni del Oeste, los cuales creían que el poder de un lobo daba astucia y fuerza.

El Sol

«Todos los productos de la Tierra son hijos del Sol nacidos de la Tierra. » Así es como Kate McBeth, una misionera, explicaba la visión del mundo de los Nez Perce. Pedían la bendición de Padre Sol y Madre Tierra, y antes de cada comida daban vueltas silenciosamente al cuenco de los alimentos imitando la rotación del Sol.

Entre los Kahspel, Flathead y Coeur d'Alene, Amotken era el Espíritu Grande Arriba o el Misterio Supremo; también se le llamaba jefe del Cielo, Poder del Mundo Superior y «Aquel que Se Sienta en la cumbre de la Montaña». Creador del Sol, la Tierra y otros mundos, su símbolo era el Sol y los mitos relataban que el hijo de Amotken Spokaní, era el Sol y la Luna. En primavera el jefe ofrecía oraciones al Creador, al Sol y a la Tierra antes de alimentarse de la cosecha. Las oraciones diarias de la mañana de los Kutenai se dirigían primero a la Aurora por los más jóvenes de la familia y después al Sol por los niños que no pertenecían a la familia.

Amo de los animales

La mayoría de los pueblos del Altiplano y la Cuenca veneraban un espíritu que tenía poder sobre los animales especialmente sobre aquellos cuya carne buscaban. Los Ute y los Paiute del Sur creían que los osos, las cabras, los alces y los ciervos estaban controlados por un ser blanco como la nieve que vivía en lo alto de las montañas.

Trueno

Trueno era una entidad espiritual para muchas tribus, con frecuencia sólo menos poderoso que el Creador. Entre los Wishram y los Wasco Trueno era un gran pájaro que lanzaba rayos cuando escupía. Los Paiute del Norte hablaban de Tejón Trueno, que vivía en el cielo y cuando sentía que la tierra estaba demasiado seca inclinaba su cabeza hacia el suelo y cavaba lanzando nubes en ráfagas y tronando maldiciones sobre ella.

Se encuentran historias de Coyote en gran parte de Norteamérica y dominan las leyendas del Altiplano y la Cuenca. Coyote era un embaucador, pero también un creador, y a menudo era el hermano menor del más responsable Lobo. Los cuentos en los que figuraba Coyote relataban sus proezas durante el curso de su viaje hacia el Este a lo largo del río Columbia. El Creador le encomendó la tarea de preparar la Tierra para la inminente llegada de los hombres. Aunque limpió la tierra heroicamente de monstruos malos, también cometió inadvertidamente muchos errores que eran a la vez divertidos y trágicos, y ordenó el mundo de formas que no siempre eran las más lógicas o justas. Las historias de Coyote son cómicas y solemnes.

Murió muchas veces, pero Zorro le hizo volver siempre a la vida para que continuara sus deberes. Aunque las aventuras de Coyote se podían situar en sitios específicos a lo largo del río su cronología era irrelevante. Existen muchos relatos que se refieren a Coyote y las mujeres, algunas sus esposas, pero en una versión Flathead y Nez Perce su mujer es Topo, en una Paiute del Norte es Comadreja y en otra era la esposa de Trueno y Coyote la raptó. En la mitología de las tribus Kalispel, Flathead y Coeur d'Alene Coyote trabajó laboriosamente para salir triunfante de las acciones malvadas de Anteep, el perverso jefe del Mundo Inferior.

Coyote era a la vez un héroe y una figura cómica. Creó el mundo tal como lo conoció el hombre y fue reverenciado, por tanto, como un creador y un transformador, pero también se le consideraba un embaucador astuto y un tonto glotón. A veces se echaba la culpa, a su estupidez, avaricia, curiosidad y falta de previsión por las dificultades de los hombres, como la caza, los partos, el invierno y la muerte.

Los monstruos del agua

Los Niños del Agua aparecían en las leyendas de la mayoría de los pueblos del Altiplano y la Cuenca. Su sexo no se especificaba en los lenguajes originales, pero aquellos que los habían visto los solían describir como de sexo femenino; y eran típicamente solitarios. Pequeños de estatura, tenían el pelo largo y eran responsables de las primaveras cálidas. La mayoría de las tribus los consideraban criaturas malignas que robaban a los niños descuidados por la noche y tiraban a la gente a los ríos y los lagos. En el Altiplano los Nez Perce los consideraban benévolos y los niños les ofrecían los dientes que se les caían; los Paiute del Norte tenían la misma costumbre, pero la ofrenda se hacía a Anciana Mujer Prudente. Entre los Paiute del Norte a veces se consideraba a los Niños del Agua mensajeros del Mundo Inferior.

Había otros monstruos del agua, como el gran pájaro Washoc del lago Tahoc (actual California), la serpiente de agua gigante de Pyranúd Lake (actual Nevada) y los búfalos blancos del agua de Bufl Lake (actual Nevada). Algunas narraciones adscriben la inundación primitiva a la venganza de un niño del agua (Washoc) u ogro del agua (Shoshoni).

Gigantes, caníbales y espíritus enanos

Hay gigantes y caníbales en muchas historias. A veces tenían un solo ojo o pierna, o bien sus ojos brillaban con una luz sobrenatural. Los Washoc tenían a un gigante tuerto que vivía en las Pine Nut Mountains cerca de Carson Valley, Nevada. Otras tribus solían tener leyendas en las que las montañas, estaban habitadas por gigantes: los Kalispel, Flathead y Coeur d'Alene hablaban de los Natliskelíguten, o Matadores de Hombres, los Paiute del Norte de Nümüzo’ho, o Triturador de Hombres. Se decía que los morteros y eces habían sido creados por Nümüzo’ho y desplazados a los límites de lagos en los que saltaba cuando el mundo estaba ardiendo. Los Wishrain hablaban de una mujer caníbal llamada Atata'tiya que fue burlada por una niña y un niño.

En gran parte del Altiplano y también en la Cuenca un espíritu enano era el amo de los animales. Lo describían como un hombre pequeño que disparaba flechas invisibles que provocaban enfermedades en los hombres y los animales. Aunque para muchas tribus era tabú decir su nombre, en el Altiplano no se le veía siempre como un espíritu maligno sino como auxiliador de los cazadores y los chamanes buenos.

Era corriente que se hicieran amonestaciones a los niños Miwok del Sur que querían nadar en ciertas charcas del río Merced. Las hohape, sirenas de río que hacían que se ahogara la gente, son un ejemplo de los muchos espíritus que controlaban el mundo de los pueblos indios de California. Entre ellos había entidades espirituales todopoderosas que gobernaban gran parte de la vida cotidiana y espíritus menores que habitaban y daban vida a todos los valles y hachuelas. Los indios de California les daban las gracias constantemente por medio de oraciones, danzas y ofrendas de alimentos y abalorios.

La religión Cliingiclingish

En el sur de California los Luiseño-Juaneño, Gabrielino y Tipai-Ipai practicaban la religión Chíngíchngísh derivada de las enseñanzas del héroe, especie de chamán, Chíngíchngísh. Dictó un código moral de vida y lo reforzó con espíritus llamados «los vengadores». Estos espíritus, entre los que se encontraban Serpiente de Cascabel, Araña, Tarántula, Oso y Cuervo, vigilaban para que la gente obedeciese las leyes y castigaban a los malhechores.

Espíritus de la naturaleza

Entre los Míwok de Sierra Central había una clase de espíritus de la naturaleza llamados suchuma. Tenían el poder de provocar lluvia y tormentas de viento o torbellinos violentos, y de hacer rodar rocas encima de la gente. A los niños Miwok se les advertía que se apartaran de espíritus como Nenakatu, una criatura parecida a los seres humanos, de 70 centímetros de altura y con un pelo que le llegaba a los tobillos.

Los Miwok usaban la planta del ajenjo para protegerse de estos espíritus, para mantener apartados a los fantasmas y para purificar y proteger a aquellos que habían entrado en contacto con fuerzas malignas. Algunos pueblos Miwok del Sur llevaban raíces de una planta poco común alrededor del cuello para protegerse de las enfermedades sobrenaturales, muy al estilo de los Miwok del Centro que ataban hojas de ajenjo dobladas en sartas de collares.

Algunos espíritus vivían en situaciones geográficas específicas que los nativos solían rehuir. En el Yosemite Valley, los Miwok y los Paiute evitaban las zonas alrededor de las cascadas por los nunu, los espíritus que vivían allí y destruían a la gente que se acercaba demasiado. En la región Miwok central y norte se creía que las cavernas de piedra caliza eran el hogar de Chjhalenchí, un hombre malo cubierto de pelo que se comía a la gente que entraba en las cavernas, y de Ettati, una criatura como una serpiente, devoradora de hombres.

Otros espíritus eran buscados por los chamanes en ciertos lugares y era de ellos de quienes obtenían su poder algunos. Los hombres Maidu, por ejemplo, conseguían dicho poder nadando en ciertos sitios. Después de bucear en una charca profunda y perder el conocimiento, a menudo eran capaces de entrar en comunicación con espíritus de animales. Cuando volvían en sí habían sido depositados en la orilla por los espíritus. Más tarde, serían capaces de hablar con los espíritus, soñar con ellos y después obtener poder y ayuda para curar. Estos espíritus eran a veces de animales, pero otros podían serio de personas fallecidas. Un chamán Maidu tenía como espíritu auxiliador a un buscador de minas de oro muerto hacía 50 años.

El poder de Moki

Uno de los espíritus más poderosos de California central era conocido como Moki por los Maidu del Valle y sus vecinos Patwin, y Kuksuyu por los Nisenan y los Miwok de Las Llanuras y la Sierra. Los Miwok de la Sierra creían que Kuksuyu era un espíritu salvaje que vivía en el bosque y podía ser visto a veces en noches de luna. Un bailarín valiente que vio al espíritu una de esas noches cantó para él en vez de salir corriendo. Después copió el atuendo del espíritu y empezó a personificarlo en las danzas ceremoniales.

Los Maidu del Valle creían igualmente que Moki era poderoso en extremo y potencialmente peligroso; algunos pensaban que en realidad era el Creador mismo. En las danzas ceremoniales estaba personificado por un hombre envuelto por completo en un manto de plumas. El bailarín tenía que observar numerosos tabúes y rituales estrictos porque cualquier error podía ser muy peligroso para él y para las personas presentes en la ceremonia. El poder de este espíritu era tan grande que sólo el acto de tocar el manto de plumas podía hacer que la gente común y corriente se pusiera gravemente enferma.

Héroes maravillosos y monstruos terribles llenan también el mundo mitológico de los pueblos de California en otros lugares. Es característica de muchas de esas criaturas la historia Miwok del sur de Uwulin:

Hace mucho tiempo los pájaros y los animales vivían en el Yosemite Valley y vivían bien. Pero entonces apareció Uwulin, un gran gigante del Norte que empezó a comer personas.

Era tan alto como un pino y sus manos tan grandes que podía sostener diez hombres a la vez en cada mano. Viajaba con un gran saco en la espalda en el que metía a la gente que capturaba. Su saco era tan grande que en él podía caber toda la población de una aldea. Cogió tanta gente que la cortó en trozos pequeños e hizo cecina de su carne. Colgó la cecina para que se secase en un gran roca granito cerca del río Merced y aún hoy día esa roca está manchada de la sangre de hacer la cecina.

Los pájaros y los animales intentaron matar al gigante de todas las formas posibles, pero no lo consiguieron. Las flechas y lanzas no podían penetrar en Uwulin. Por fin pidieron a Mosca que los ayudase. Le dijeron que mordiera al gigante por todo el cuerpo para descubrir dónde se le podía herir. Mosca lo encontró dormido y le mordió en todas partes. El gigante no se inmutó hasta que le mordió en un tobillo. Esto hizo que diera una patada con su imponente pierna.

Mosca volvió y contó a los pájaros y animales lo que había descubierto. Ellos decidieron fabricar una serie de leznas de hueso de ciervo, afiladas y largas, como las que se usan para hacer cestos. Colocaron las leznas con las puntas hacia arriba en el camino del gigante para que no pudiera evitarlas.

Cuando Uwulin pasó por el camino pisó muchas y una le atravesó el tobillo, donde tenía el corazón. Murió instantáneamente. Los pájaros y los animales decidieron destruir su cuerpo con fuego, acarrearon troncos y lo cubrieron con ellos. Observaron con atención cómo se quemaba para asegurarse de que ninguna parte escapaba a las llamas, porque temían que pudiera crecer alguna y que Uwulín renaciera.

La historia de Oankoitupeh

Hay otras historias de héroes y monstruos, como las de los Maidu del Valle y los Konkow sobre Oankoítupeh que nació milagrosamente de la hija del jefe en tiempos terribles. Alcanzó la mayoría de edad en cuatro días y se dispuso a arreglar el mundo. Drenó el Sacramento Valley separando las montañas donde están hoy los Carquinez Straits y destruyó un águila negra espantosa del tamaño de un hombre y un monstruo que mataba a la gente. Después se fue al Norte y retó al médico Haikutwotupeh a una partida en la que apostaba por la vuelta de las personas que éste había ganado al abuelo del héroe. Oankoitupeh ganó y restableció a cada tribu en su lugar de origen

La cabeza del caníbal

A lo largo del centro y el norte de California se cuentan historias sobre la cabeza de un caníbal que rueda por el país comiéndose a la gente. Muchas de ellas empiezan cuando un hombre que se ha herido involuntariamente limpia la sangre que le ha brotado y empieza a lamer la herida. La sangre sabe tan bien que se come todo su cuerpo y deja sólo los hombros y la cabeza. Desde entonces, rueda y rebota por el suelo buscando gente que comer. En una versión Maidu el monstruo muere al botar sobre un río donde se ahoga.

La religión Antap Entre los Chumash el Sol fue la base de la religión Antap. Consistía en una sociedad cuyos miembros eran jefes tribales ricos y poderosos. Por medio de un calendario lunar hacían un programa de ceremonias importantes para renovar el mundo, sobre todo en tiempos de cosecha y en el solsticio de invierno. Presidían ceremonias en las que se veneraba al Sol como una deidad masculina amenazadora y a la Lluvia, el Viento y el Fuego como deidades femeninas. Las poderosas deidades estaban conectadas de algún modo con el poder y la riqueza de los miembros de Antap.

Las historias de monstruos no se limitan a los tiempos legendarios. Incluso hoy día algunos padres Miwok prohiben a sus hijos ir a las cavernas de piedra caliza de Sierra Nevada porque se dice que Ettatí vive todavía allí.


Seres mitológicos: las tribus del frío norte

Manitou o Manitu, el Gran Espíritu Algonquino, se presenta como un ser remoto, misterioso y omnisciente que no juega ningún papel en los mitos tradicionales y que no está representado o personificado en las ceremonias. Hay que tener en cuenta que muchos grupos subárticos han estado en contacto con misioneros cristianos desde al menos la mitad del siglo XIX o antes. Y, aunque la cultura subártica se caracteriza por un relativismo que permite que coexistan las diversas creencias, la mezcla de ideas ha empañado su mitología tradicional.

Para los que habitaban en la inhospitalaria inmensidad del Ártico los seres sobrenaturales estaban en todas partes. El más poderoso y peligroso de todos era el Espíritu del Mar, conocido entre los diferentes grupos desde Canadá central al este de Groenlandia como Sedna, Nulíajuk, Takanaksaluk («El terrible de ahí abajo») o Immap Ukiiiia (Madre del Mar). Su poder se basaba en que en una relación donde la lucha por la supervivencia era la más desesperada de la Tierra, controlaba la fuente más importante de alimento: el mar.

El Espiritu del Mar.

El mito del Espíritu del Mar habla de una mujer joven que fue arrojada al mar por sus compañeros de viaje durante una tormenta. Cuando intentó subir al barco, los que estaban a bordo le cortaron las primeras falanges de los dedos, que cayeron al agua y se convirtieron en focas. La mujer continuó agarrada al borde de la embarcación y esta vez le acuchillaron el resto de los dedos, que se convirtieron en morsas. La mujer bajó al fondo del mar, donde pasó a ser el Espíritu del Mar.

Debido a su crueldad con ella, Sedna amaba poco a los seres humanos. En su hogar en el fondo del océano guardaba celosamente los animales que habían surgido de sus manos. (En alovmas zonas se creía que controlaba también a los animales terrestres.) Reclamaba respeto y una estricta observancia de todos los tabúes relacionados con los animales y la caza. Su violación la enfurecía y en venganza encerraba a los animales o preparaba tormentas para evitar la caza. En esos tiempos era necesario que un chamán en trance visitara a Sedna para apaciguarla, prometiéndole que el pecador confesaría y se arrepentiría de sus malas acciones. Todos los veranos se celebraba una gran ceremonia en Baffin Island durante la cual un chamán luchaba con Sedna, la arponeaba y la mataba, liberando así a las focas para la temporada de pesca. Como Sedna volvía a renacer, había que repetir la ceremonia al año siguiente.

La omnipresente, Pinga.

Para algunos de los grupos que no tenían un contacto directo con la costa el Espíritu del Mar no tenía mucho significado. Entre los Inuit Caribú, por ejemplo, el ser supremo era Pínga, que correspondía a Sedna en muchos aspectos pero vivía en el aire. Pinga era temida como un espíritu omnipresente que observaba las acciones de los hombres, sobre todo su tratamiento de los animales de caza y en especial del caribú. Aunque no se le atribula el mismo control sobre los caribúes que tenía Sedna sobre las focas, de todos modos reclamaba que los trataran con respeto de su dignidad.

El Señor del Tiempo.

Después del Espíritu del Mar, el siguiente en importancia y poder era Narssuk o Sila, controlador del tiempo, señor del viento, la lluvia y la nieve, que podía hacer surgir una tormenta en cualquier momento y volver imposible la caza. Se le veía como un bebé gigante envuelto en pieles de caribú atadas con tiras de cuero. Cuando se aflojaban las tiras quedaba libre para moverse y las ventiscas azotaban la región. Entonces los espíritus desencarnados de los chamanes tenían que volar hacia el aire y luchar para volver a atar las tiras.

El Espíritu de la Luna.

Tatqeq, el Espíritu de la Luna, tema una mejor disposición respecto a la humanidad. Se pensaba que a través de su influencia en las mareas y las corrientes daba buena suerte a los cazadores. Los lnuit del centro creían también que controlaba la fertilidad de las mujeres y que imponía los tabúes relacionados con el nacimiento de niños. Sin embargo, en algunas zonas era muy temido. Los groenlandeses aseguraban que observaba de un modo especial el comportamiento humano y que castigaba la desobediencia, mientras que alrededor del estrecho de Bering era él, y no el Espíritu del Mar, el que regía a los animales de caza. En esta zona se creía también que las enfermedades emanaban de la Luna y que los eclipses lunares presagiaban epidemias.


Creencias precolombinas de los indígenas norteamericanos. El estudio de estas creencias tiene relación directa con el ANIMISMO y el TOTEMISMO.Los pueblos cazadores de Norteamérica creían en seres espirituales organizados con carácter jerárquico. Por lo general, al ser supremo se le llama "Gran Espíritu". Su nombre se identifica con el concepto de poder sagrado o fuerza presente en los objetos. Ese poder es llamado manitú entre los algonquinos, orenda entre los iroqueses y wakan entre los sioux. Se explica la creación del mundo y de los humanos en relación con el ser supremo o con un héroe civilizador (un demiurgo subordinado). En el sur y sudoeste norteamericano la religión estaba centrada en la vida vegetal, mientras que en regiones de cazadores se asocia con los animales. Algunas tribus observaban en forma individual el TOTEMISMO y cada persona tenía su espíritu guardián, generalmente un animal. Lo más próximo a la experiencia espiritual de otras religiones era el intento de obtener una "visión".En las Grandes Llanuras esa búsqueda se repetía a menudo durante la existencia de la persona. Las relaciones de producción y el medio determinaban en gran parte el estilo de las ceremonias religiosas, que en algunos casos incluían ofrendas consistentes en humo de tabaco y en bailes rituales. Los cazadores propiciaban con frecuencia a los espíritus del mundo animal. Una serie de ceremonias de purificación se requerían a los que daban muerte a otras personas o les cortaban la cabellera a los enemigos, lo cual era frecuente. En los ritos se trataba de imitar los sonidos de los animales. Con ciertos rituales se intentaba renovar la fertilidad de la tierra. En dichos ritos podían producirse autotorturas y ayunos.Los indios norteamericanos creían que la muerte era indicio de haber perdido el alma libre. Las almas, después de la muerte, regresaban a otros cuerpos o se convertían en fantasmas. Algunas marchaban en dirección al país de los muertos. Costumbres funerarias de las tribus incluían la exposición, la inhumación y la cremación; el cadáver llevaba un ajuar especial para los funerales. Los que aspiraban a la condición de chamanes o de líderes religiosos debían pasar por torturas que culminaban con una danza del sol, acto principal entre algunos grupos.



JEFE JOSEPH DE LOS NEZ PERZÉS (1879)

He oído palabras y más palabras, pero nada se ha hecho. Las buenas palabras no duran si no se convierten en hechos. Las palabras no pagan la muerte de mi pueblo. No pagan la pérdida de mi país, ahora invadido por los hombres blancos. No protegen la tumba de mi padre. No pagan mis caballos y mi ganado. Las buenas palabras no me devolveran a mis hijos. Las buenas palabras no cumplirán la promesa de vuestro jefe guerrero, el general Miles. Las buenas palabras no devolverán la salud a mi pueblo ni evitarán que muera. Las buenas palabras no darán a mi pueblo un hogar donde pueda vivir en paz y cuidar de sí mismo. Si el hombre blanco quiere vivir en paz con el indio, puede vivir en paz. No tiene por qué haber problemas. Tratad a todos los hombres por igual. Dadles la misma ley. Dadles a todos la misma oportunidad para vivir y crecer. Todos los hombres han sido creados por el mismo Jefe Gran Espíritu. Todos son hermanos. La tierra es la madre de todos los hombres, y todos los hombres deberían tener los mismos derechos sobre ella. Todos hemos nacido de una mujer, aunque somos diferentes en muchas cosas. No nos pueden hacer de nuevo. Vosotros sois tal como os hicieron, y tal como os hicieron podéis seguir siendo. Nosotros somos tal como nos hizo el Gran Espíritu, y no podéis cambiarnos; entonces ¿Por qué habrían de pelearse los hijos de una misma madre y un mismo padre?, ¿Por qué uno habría de engañar al otro?. Yo no creo que el Jefe Gran Espíritu diera a una clase de hombres el derecho de decir a otra clase de hombres lo que deben hacer.

LATHER OSO DERECHO,JEFE SIOUX

Para nosotros, las grandes llanuras abiertas, las hermosas colinas onduladas y los rios serpenteantes y de curso enmarañado, no eran salvajes. Sólo para el hombre blanco era salvaje la naturaleza, y sólo para él estaba la tierra infestada de animales salvajes y gentes bárbaras. Para nosotros era dócil. La tierra era generosa y estábamos rodeados de las bendiciones del Gran Misterio. Para nosotros no fue salvaje hasta que llegó el hombre velludo del este y con brutal frenesí amontonó injusticias sobre nosotros y las familias que amábamos. Cuando los mismos animales del bosque empezaron a huir de su proximidad, entonces empezó para nosotros el SALVAJE OESTE.

JEFE NUBE

Tus mandamientos religiosos fueron escritos en tablas de piedra por el dedo flameante de un Dios enfadado. Nuestra religión fue establecida por las tradiciones de nuestros ancestros, los sueños de nuestros mayores que les fueron dados durante las horas de silencio de la noche por el Gran Espíritu y las premoniciones de los Sabios escritas en el corazón de todos los hombres. No necesitamos iglesias, por que todo lo que se discuta sobre Dios no nos interesa. Muchas cosas pueden ser discutidas acerca del hombre, pero nunca sobre Dios. El hombre blanco pensó regular la Naturaleza y cambiarla de acuerdo con su idea. Nunca fue comprendido por el Piel Roja. Nosotros creemos que el Gran Espíritu ha creado todas las cosas, no solo la humanidad sino todos los animales, todas las plantas, todas las rocas. Todo en la tierra y entre las estrellas tiene alma verdadera y toda vida es sagrada. Pero, tú no comprendes nuestras oraciones cuando se dirigen al Sol, la Luna y el Viento. Nos has juzgado sin comprendernos, solo porque nuestras oraciones son diferentes. Pero nosotros somos capaces de vivir en armonía con toda la Naturaleza. Toda la Naturaleza está dentro de nosotros y nosotros somos parte de la Naturaleza.
Toda la Naturaleza está dentro de nosotros y nosotros somos parte de la Naturaleza. Jefe Nube Somos dos razas distintas con origenes diferentes y destinos diferentes. Para nosotros, las cenizas de nuestros antepasados son sagradas y el lugar donde descansan es tierra sagrada. Vosotros erráis lejos de las tumbas de vuestros antepasados, y al parecer no lo lamentáis... Pero ¿Por qué debería afligirme por la muerte prematura de mi pueblo?. Una tribu sigue a otra tribu, y una nación sigue a otra nación y la pena es inutil... Pero cuando el último hombre rojo se haya convertido en un mito para los hombres blancos...cuando los hijos de vuestros hijos se crean solos en el campo, en la tienda, en la carretera, o en el silencio de los bosques sin senderos, no estarán solos. En toda la tierra no hay ningún lugar dedicado a la soledad. Por la noche, cuando las calles de vuestras ciudades estén silenciosas y creáis que están desiertas, estarán atestadas de la multitud que antaño las llenó y que regresa, y que todavía ama esta hermosa tierra. El hombre blanco nunca estará solo. Que sea justo y trate con bondad a mi pueblo, pues los muertos no carecen de poder. ¿Muertos, digo?. No hay muerte. Sólo un cambio de mundos.


DEL AMOR Y LA GUERRA

LA MANTA CHEYENNE (PAWNEE)
Los Cheyenne, como los otros indios, no se hablan entre ellos cuando están lejos del campamento. Si un hombre deja la aldea o permanece en la cima de una colina, es señal de que quiere estar solo, quizá para meditar o para rezar. Nadie habla con él ni se le acerca. Había una vez un muchacho Pawnee que se fue al campamento Cheyenne. De algún modo obtuvo una manta Cheyenne. Se acercó al campamento, se ocultó y esperó. A media tarde dejó su escondite y caminó hasta la cima de una colina cercana a la .aldea. Se envolvió la cabeza con la manta Cheyenne, dejando descubiertos solamente sus ojos. Permaneció quieto observando el campamento durante una o dos horas.
Los hombres comenzaron a llegar de la caza de búfalos, algunos de ellos con sus caballos cargados de bultos de carne. Un cazador viajaba con su caballo cargado de carne mientras él montaba un conocido caballo negro que era su caballo de carreras. Las carreras de caballos se libran únicamente en las persecuciones o en las guerras, y después de utilizarlos se llevan río abajo para ser cuidadosamente lavados y secados.
Cuando el muchacho Pawnee vio el conocido caballo, supo que era el único que quería. Vio como el cazador llevaba al animal a su posada, se apeaba, entregaba las riendas a las mujeres, y luego entraba.
Entonces se le ocurrió algo: bajó desde la colina hasta la aldea y fue directamente a la posada donde las mujeres descargaban la carne. Una vez allí, cogió las riendas del conocido caballo y del otro cargado con los bultos. Las mujeres retrocedieron, pensaron que indudablemente se trataba de uno de los parientes del propietario y le dejaron llevarse los caballos, corriendo río abajo.
El Pawnee no podía hablar en Cheyenne pero, al girarse, masculló algo como, «M-m-m-m», en voz baja, y caminó hacia el río. Tan pronto como llegó abajo y cuando ya no podían verse, saltó de su caballo, le pasó el cepillo, y de inmediato se marchó con los dos animales, robándoselos a los Cheyenne mientras acampaban en las afueras a pleno día.

LA MUCHACHA Y LOS LOBOS (DAKOTA)
Una doncella dakota se casó con un hombre que le prometió amarla y respetarla, pero que no cumplió su palabra. Era un hombre sin juicio que le pegaba con frecuencia. En medio de la desesperación que le producían los malos tratos que recibía, la muchacha se marchó de casa. Fue imposible encontrarla. Ni un sólo rastro de ella fue encontrado por quienes, durante días y días, intentaron averiguar su paradero.
La muchacha dakota vagó por los bosques durante varios días hasta que una mañana se encontró con un hombre, al que preguntó quién era. Ella no lo sabía, pero no se trataba de un ser humano sino del jefe de los lobos.
«Ven conmigo», le dijo; y la llevó a una enorme aldea en la que habitaba una gran cantidad de lobos: lobos blancos y negros, grises, y coyotes. El jefe de los lobos llevó a la joven aun gran tipi y la invitó a entrar. Le preguntó que deseaba comer.
«Carne de búfalo», le respondió la muchacha.
El jefe lobo llamó a dos coyotes y les ordenó que trajeran lo que había pedido la muchacha. Los coyotes se marcharon y al cabo de unas horas regresaron con un cuarto delantero de búfalo joven, recién cazado.
«¿Cómo lo preparas para comerlo?», preguntó a la joven dakota el jefe de los lobos.
«Lo hiervo», contestó ella.
El jefe llamó nuevamente a los dos coyotes, que tras recibir las instrucciones regresaron con un pequeño fardo que contenía pedernal, eslabón y yesca, los enseres necesarios para encender el fuego, que debían haber robado de algún campamento. «¿Cómo preparas la carne?», le preguntó el jefe lobo. «La corto en rodajas», le explicó la joven.
Una vez más, los coyotes se encargaron de traer un cuchillo en su funda, y la muchacha cortó la carne de búfalo y comió hasta recuperar las energías perdidas durante su camino por los bosques.
Los lobos eran muy amables con la muchacha y ella se sentía cómoda en su compañía. Así, transcurrieron muchos meses.
Una mañana el jefe de los lobos le dijo: «Tu pueblo ha salido a cazar búfalos y mañana al mediodía llegarán aquí. Tienes que salir a su encuentro o caerán sobre nosotros y nos matarán».
A la mañana siguiente, casi al mediodía, la muchacha subió a una loma próxima al campamento de los lobos y vio avanzar hacia ella a algunos jóvenes guerreros a caballo. Se puso en pie y alzó las manos para que los guerreros la vieran. Los jóvenes se preguntaron quién sería y cuando se acercaron a ella la observaron con atención.
«Hace un año perdimos a una joven; i sí, eres tú! ¿Dónde has estado?», le preguntaron los guerreros.
«He estado en la aldea de los lobos. No les hagáis daño», contestó la muchacha.
«Iremos a decírselo ala gente del pueblo», dijeron ellos. «Mañana al mediodía regresaremos para reunirnos contigo».
Al día siguiente la muchacha volvió a subir a una loma próxima, distinta a la del día anterior. Desde allí vio como la gente del campamento avanzaba en una larga hilera por la pradera: primero iban los guerreros, y detrás las mujeres y las tiendas.
El padre y la madre de la muchacha estallaron de júbilo al ver a su hija. Pero cuando se le acercaron, la joven se desmayó, pues no soportaba el olor de los humanos.

Al recuperarse, dijo: «Tenéis que ir a cazar búfalos, mi padre y todos los cazadores. Volved mañana y traed las lenguas y los trozos escogidos de la matanza».
El padre prometió hacerlo; y todos los hombres del campamento montaron sus caballos e hicieron una gran cacería. y al día siguiente, regresaron con los caballos cargados de carne de búfalo.
La joven les mandó colocar la carne amontonada entre dos colinas que les señaló. Era tanta la carne, que la cima de las dos colinas quedaba a la misma altura que la pila de carne. En el centro del montón de carne, la joven plantó un palo con una bandera roja. y luego lanzó un gran aullido, como los lobos.
En pocos segundos, toda la tierra se cubrió de lobos, que se lanzaron ávidamente sobre la carne y en poco tiempo devoraron hasta el último trozo de carne de búfalo.
La muchacha dakota se reunió entonces con su pueblo. Su esposo le pidió que volviera a vivir con él. Ella se resistió durante un tiempo. Pero al final, se reconciliaron.

LOS MOCASINES DE ALCE VELOZ (WINNEBAGO)
Alce Veloz vivía con su abuela. Era un excelente cazador y quería casarse con una joven de su aldea. Ésta poseía una gran destreza en la confección de mocasines, pero pertenecía a una importante familia. Alce Veloz no sabía qué hacer para conquistar su corazón.
Como todos los días, una mañana la muchacha se encaminó hacia el río a buscar agua. Pero ese día pasó por delante de la tienda del muchacho. La abuela de Alce Veloz estaba trabajando en el tipi, llevaba puestos un par de viejos mocasines raídos.
Al ver a la muchacha, el joven se puso en pie de un salto y pidió a su abuela que le dejara los viejos mocasines que llevaba.
«¿Mis viejos mocasines? ¿Para qué los quieres?», preguntó la sorprendida anciana.
«iNo te preocupes! iRápido! Luego te lo contaré», contestó el nieto, que se calzó rápidamente los viejos mocasines de la an- ciana. Se echó un manto sobre los hombros, salió veloz como una flecha y llegó al río en un instante. La muchacha acababa de llegar a la ribera con el cubo para recoger agua.
«Deja que te llene el cubo», le dijo Alce Veloz. «Oh, no, no puedo hacerlo», le contestó ella.
«Anda, déjame, puedo meterme en el barro. Así no te mancharás los mocasines», y cogiendo el cubo se metió en el barro, poniendo buen cuidado en alzar los raídos mocasines de su abuela para que ella los viera. La muchacha soltó un risita.
«Vaya mocasines más viejos que llevas», le dijo.
«sí,.no tengo a nadie que me haga unos nuevos», contestó, Alce Veloz.
«¿Por qué no le pides a tu abuela que te los haga?». «Está muy vieja y sus ojos no ven bien. Por eso te necesito a ti» replicó el muchacho. «Vamos, estás bromeando. No lo dices en serio». ; «Claro que sí. Si no me crees... i ven conmigo ahora mismo!». La joven bajó la cabeza, como hacen todas las muchachas avergonzadas. Al fin, él dijo en voz baja y dulce:
«Bueno, ¿qué me dices? ¿Cojo tu cubo o irás conmigo?». con voz todavía más
baja, ella contestó:« iCreo que iré contigo!».
La tardanza de la muchacha en regresar a su tipi hizo que su tía bajara hasta el río. En el légamo vio dos pares de huellas de mocasines muy juntas. y en la orilla del río, un cubo de agua vacío.


DE LO NATURAL A LO SOBRENATURAL

DE PORQUE EL CUERVO ES NEGRO (WINTU)
En tiempos antiguos, cuando la tierra y la gente eran todavía jóvenes, todos los cuervos eran blancos como la nieve En estos tiempos pasados, el hombre no tenía caballos, ni armas de fuego ni de hierro. Todavía dependía de la caza del búfalo para sobrevivir. La caza del gran búfalo a pie con armas de piedra era dura, incierta y peligrosa. Los cuervos dificultaban la tarea de los cazadores, porque eran amigos de los búfalos. Elevándose sobre la pradera, podían divisar todo lo que sucedía. Allá donde descubriesen a unos cazadores abordando a una manada de búfalos, volaban hacia sus amigos y se posaban entre sus cuernos para avisarles del peligro: «Caw, caw, caw, primos, los cazadores se acercan. Están acercándose a través de aquel barranco. Están llegando por detrás de aquella colina. iMirad! iCaw, caw, caw!»Al oír esto,los búfalos iniciaban la estampida, y el hombre se moría de hambre. Los hombres se reunieron en consejo para decidir qué hacer. Entre los cuervos había uno inmenso, dos veces más grande que los demás. Este cuervo era el líder. Un sabio jefe anciano se levantó e hizo una propuesta: «Debemos capturar al gran cuervo blanco», dijo, «y darle una lección. De lo contrario, moriremos de hambre». El anciano trajo una gran piel de búfalo, con la cabeza y los cuernos incluidos. La puso en la espalda de un valiente joven diciendo: «Sobrino, revístete con esta piel de búfalo. Pensarán que eres uno de ellos y tu podrás capturar al gran cuervo blanco» .Disfrazado de búfalo, el joven se acercó al rebaño como si estuviese pastando. Las grandes y peludas bestias no le prestaron atención. Entonces, los cazadores se marcharon de su campamento tras el joven, armados con sus arcos. Cuando empezaron a acercarse al ganado, los cuervos llegaron como siempre volando .para advertir a los búfalos: «Caw, caw, caw, primos, los cazadores se acercan a mataros. Huid de sus flechas. iCaw, caw, caw!» y como siempre, todos los búfalos desaparecieron a la estampida, todos excepto el joven cazador disfrazado con la piel peluda, que fingía estar pastando. El gran cuervo blanco se acercó entonces deslizándose, se posó sobre los hombros del cazador, y sacudiendo sus alas, dijo: «Caw, caw, caw, hermano, ¿estás sordo? Los cazadores están cerca, justo sobre la colina. Sálvate!». Pero el joven valiente sacó el brazo y cogió al cuervo por las patas. Con una cuerda de pellejo de carne cruda, ató las patas del cuervo y sujetó el otro extremo a una piedra. Aunque el cuervo forcejeó, no pudo escapar. Otra vez los hombres se reunieron en consejo. «¿Qué podemos hacer con este cuervo grande y malo que nos ha hecho pasar hambre una y otra vez?». «iYo le quemaría!» respondió un cazador hambriento, yantes de que alguien pudiese detenerle, de un tirón cogió el cuervo de las manos de su captor y lo tiró al fuego del consejo, con piedra y cuerda incluidos. «Así aprenderás», afirmó. Como era de esperar, la cuerda que sostenía la piedra ardió inmediatamente, y el gran cuervo se las arregló para salir volando del fuego. Pero estaba chamuscado, y muchas de sus plumas estaban carbonizadas. Seguía siendo grande, pero ya no era blanco. «Caw, caw, caw» gritaba, volando tan rápido como podía: «No lo haré nunca más; no avisaré más a los búfalos, y tampoco lo harán el resto de los cuervos. I Lo prometo! Caw, caw, caw». De este modo el cuervo consiguió escapar. Pero desde entonces, todos los cuervos son negros.

LOS GRANDES OJOS DE LA LECHUZA (IROQUESES)
Raweno, el Hacelotodo, estaba ocupado creando varios animales. Estaba trabajando en el Conejo, y éste le decía: «Quiero unas bonitas y largas piernas y unas orejas largas como el ciervo, y colmillos afilados y garras como una pantera». «Los hago como ellos quieren ser; les doy lo que me piden», decía Raweno. Trabajaba en las piernas traseras del Conejo, haciéndolas largas, como le había pedido. La Lechuza, aún sin forma, estaba sentada en un árbol cercano, esperando su turno. Estaba diciendo: «Quiero un cuello largo y bonito como el del Cisne, y unas preciosas plumas rojas como las del Cardenal, y un pico bien largo, como el de la Garrotea, y una corona de plumas como la de la Garza. Quiero que me hagas el más bonito, el más rápido, el mejor de todos los pájaros». Raweno le contestó: «Tranquila. Vuélvete y mira en otra dirección. Mejor aún, cierra los ojos. ¿N o sabes que nadie puede verme trabajar?» Raweno estaba entonces haciendo las largas orejas del Conejo, como éste las quería. La Lechuza no hizo caso a Raweno. «Whoo,whoo,» replicó, «nadie puede prohibirme que observe. Nadie puede obligarme a cerrar los ojos. Me gusta mirarte, y te miraré». Entonces Raweno se enfadó mucho. Cogió a la Lechuza, la bajó de la rama, le aplastó la cabeza contra el cuerpo, y la sacudió, hasta que sus ojos se agrandaron a causa del miedo, y tiró de sus orejas hasta que quedaron pegadas a ambos lados de su cabeza.«Así», dijo Raweno, «esto te enseñará. Ahora no podrás girar tu cuello para mirar cosas que no debes. Ahora tienes unas gran- des orejas para escuchar cuando alguien te dice lo que no debes hacer. Tienes unos grandes ojos, pero no lo suficientemente grandes como para mirarme, porque permanecerás despierta sólo durante la noche, y yo trabajo de día. y tus plumas no serán rojas como las del cardenal, serán grises; y Raweno restregó por el lodo ! a la Lechuza, «como castigo por tu desobediencia» .La Lechuza se marchó volando, lastimeramente: «Whoo, whoo, whoo». Raweno volvió para terminar al Conejo, pero éste se había asustado tanto del enojo de Raweno, que, aunque el enfado no tenía nada que ver con él, se fue a medio hacer. Como consecuencia, sólo las patas traseras del Conejo eran largas, y tenía que J saltar en vez de caminar o correr. A causa del miedo que pasó allí, el Conejo se asusta por cualquier cosa, y además nunca tuvo las garras ni los colmillos que pidió para defenderse. Si no se hubiese marchado corriendo aquella vez, ahora el Conejo sería un animal completamente diferente. Como la Lechuza, que tiene la forma con la que Raweno, con rabia, le había hecho, con unos grandes ojos, un cuello corto y unas orejas pegadas a los lados de la cabeza. Además, tiene que dormir durante el día y salir sólo de noche.

LA TIERRA DE LA MUERTE (HOPI)
Un gran cazador trajo a casa una esposa. Se amaban mucho y eran muy felices. Pero la madre del marido odiaba a la joven esposa, y un día cuando el marido estaba cazando, colocó un objeto punzante en el asiento de la esposa y, al sentarse, la joven murió. En seguida, la gente trajo paja y la apiló. Pusieron el cuerpo de la muchacha encima y lo quemaron, y cuando su esposo regresó, el cuerpo estaba totalmente consumido. El hombre acudió al lugar de la quema y allí se quedó inmóvil. Espirales de polvo se levantaron y envolvieron el lecho chamuscado. Las observó día y noche. Durante la noche, las nubes se hicieron más grandes, y la mayor de ellas empezó a rodear y rodear el sitio quemado. Se posó sobre la carretera y el hombre la siguió. Cuando oscureció, se dio cuenta de que la nube de polvo que había seguido era su mujer, pero ella no podía hablarle. ' La esposa le condujo en dirección a la roca del pasado donde acudían los fallecidos. Si habían vivido malas vidas, la roca caía t sobre ellos y los aplastaba. Cuando llegaron allí, la esposa habló a su marido: Así, viajaron hasta llegar a un río donde moraban los muertos. Era muy peligroso para el hombre, porque no estaba muerto, pero r la mujer lo mantuvo encima de su espalda, y así pudo atravesarlo sano y salvo. La mujer fue hacia su gente, sus padres, hermanos y hermanas que ya habían fallecido. Estuvieron contentos de verla, pero no les gustó su marido, porque no estaba muerto. La mujer les suplicó en su favor, y finalmente le dejaron en paz. . Tenían que cocinar una comida especial para él, porque no podía comer lo que comían los muertos. Durante eldía, el hombre no podía ver nada, era como si estuviese solo; pero por la noche veía a su mujer y al resto de la gente. Cuando los muertos se iban a cazar, lo llevaban al camino que tomaría el ciervo. Al poco rato, le oían gritar: «iEl ciervo, el ciervo!» y él sabía que le gritaban porque el ciervo venía en su dirección. Pero no podía ver nada. Entonces el hombre miró otra vez y se encontró a dos escarabajos negros, a los que pisó. Cuando todo el mundo volvió, rezaron por su presa. Después de esto, no se quejaron de su presencia, pero se sentían afligidos por él. «Todavía no ha llegado la hora de su muerte», dijeron. «Tendrá que pasar una dura vida aquí. La mujer debería volver con él». y lo arreglaron todo para que la pareja pudiese volver, pero le advirtieron que no podrían estar juntos durante tres noches después de volver a la tierra. Tres noches para los muertos son tres años para los vivos. No conscientes de ello, el marido y su esposa volvieron ala tierra y se contuvieron durante tres noches. Pero a la noche siguiente, Copularon, y cuando el marido se levantó por la mañana del cuarto día, estaba completamente solo.

DE CÓMO NACIERON LOS MOSQUITOS (SHAWNEE)
Hace mucho tiempo vivía un gigante al que le encantaba matar a los humanos, comer su carne fresca y beber su sangre. Tenía especial afición por los corazones humanos. «Si no nos deshacemos de este gigante», decía la gente, «ninguno de nosotros estará tranquilo», y se reunieron en consejo para discutir la manera de hacer desaparecer al monstruo. Un hombre dijo: «Creo que sé la manera de matar al monstruo», y se dirigió al lugar donde el gigante había sido visto por última vez. Una vez allí, se echó en el suelo como si estuviera muerto. En seguida se acercó el gigante. Viendo al hombre yaciendo en el suelo, dijo: «Estos humanos me lo ponen muy fácil. Ahora ya no tengo que cogerlos y matarlos; ellos se mueren justo en mi camino, ¡seguramente del miedo que me tienen!». El gigante tocó el cuerpo «Oh, bien», dijo, «éste todavía está caliente y fresco. Resultará una comida sabrosa; no puedo esperar más para asar su corazón» . El gigante se echó al hombre sobre sus hombros y éste dejó caer la cabeza como si estuviera muerto. Después de cargar con el cuerpo hasta su casa, el gigante lo dejó en medio de la habitación, cerca de la chimenea. Entonces, el gigante se dio cuenta de que no había madera para encender el fuego, y fue en busca de leña. Cuando el monstruo se fue, el hombre se levantó y agarró el inmenso cuchillo de despellejar que tenía el gigante. ]usto en ese momento, apareció el hijo del gigante, encorvándose poco a pocopara entrar. Era todavía pequeño, y el hombre le hundió el gran cuchillo en su garganta. «Rápido, dime, ¿dónde tiene el corazón tu padre? Si no me lo dices, te cortaré el cuello». El hijo del gigante estaba aterrado. Al fin gritó: «El corazón de mi padre está en su talón derecho». Justo en ese instante, apareció por la entrada el pie derecho del gigante, y el hombre hundió el cuchillo en su talón. El monstruo gritó y cayó muerto al suelo. Pero el gigante todavía continuaba hablando. «Aunque estoy muerto, aunque me has matado, seguiré siempre comiéndoos a ti ya los otros humanos del mundo». «iEso es lo que te piensas!», le contestó el hombre. «Me voy a asegurar de que nunca vuelvas a comer a nadie». Entonces el hombre cortó el cuerpo del gigante en pedazos y los arrojó al fuego. Recogió las cenizas y las lanzó al aire para que se esparcieran. En ese instante, cada una de las partículas se convirtió en un mosquito, y entonces el hombre escuchó la voz del gigante que riendo, decía: «Sí, seguiré devorando a los hombres hasta el fin del mundo». Inmediatamente después de que el monstruo pronunciara estas palabras, el hombre sintió cómo el aguijón de un mosquito empezaba a chaparle la sangre. En un instante, otros mosquitos le empezaron a picar, y el hombre no paró de rascarse todo el cuerpo.

DE CÓMO NACIÓ LA PIPA DE LA PAZ (PAWNEE)
En una hermosa noche de luna llena, dos jóvenes guerreros se contaban sus aventuras amorosas. Caminaban rodeando una colina y en su andar llegaron a una pequeña cañada. De pronto, los jóvenes se quedaron sorprendidos al ver a una bellísima mujer que subía por la cañada en dirección a ellos. La mujer iba delicadamente pintada y vestía un traje deslumbrante, de hermosos colores y finos tejidos. «iMira, qué mujer tan bella!», dijo uno de los guerreros. Ya me he enamorado de ella. La capturaré y la haré mi esposa. «No», le dijo el otro joven. No le hagas daño. Podría ser una mujer sagrada. Caminando lentamente, con un porte distinguido, la bella joven se acercó a ellos y elevó una pipa que ofreció primero al cielo y luego a la tierra. Luego, avanzó sujetando el objeto en sus manos, extendidas hacia adelante. Colocó la pipa sobre la tierra y, súbitamente, se convirtió en un búfalo hembra. Escarbó el suelo, estiró el rabo y alzó la pipa del suelo con las pezuñas. De inmediato, volvió a convertirse en mujer. «He venido a entregaros este regalo», dijo a los jóvenes. «Es la pipa de la paz. A partir de ahora, todos los acuerdos y ceremonias se celebrarán después de fumar esta pipa». «Traerá a vuestras mentes pensamientos de paz», continuó la mujer. «Se la ofreceréis al Gran Misterio ya la Madre Tierra». Los jóvenes guerreros corrieron hasta su aldea y explicaron lo que habían visto y oído a los ancianos ya otros hombres de su pueblo.Tras escuchar el relato, todos acudieron al sitio donde se encontraba la bella joven. Ésta repitió lo que había dicho a los guerreros y agregó: «Cuando hayáis liberado el alma, el espíritu de los antepasados, deberéis conseguir la piel de un búfalo blanco hembra». A continuación entregó la pipa a los sanadores de la aldea, volvió a convertirse en búfalo y se marchó a la tierra de los búfalos.

DE VIEJOS Y NUEVOS MUNDOS

LA DANZA DE LOS ESPIRITUS (SIOUX)
No estuve allí, pero ésta es una historia auténtica. Cuando ocurrió, yo era un niño, de seis o siete años. En verdad, no sé cuántos años tenía pues nací antes de que se registraran los nacimientos. Cuando era un muchacho, me gustaba mucho estar con mi anciano tío, pues él siempre tenía historias que contar. Una vez me dijo: «Hay algo nuevo en camino, está viajando en el viento. Una nueva danza. Una nueva plegaria». Estaba hablando de la Danza de los Espíritus. «Toro Pequeño y Oso Tramposo viajaron muy lejos», dijo mi tío, «fueron a ver aun hombre sagrado, de la tribu Piute, que vive a muchos días de viaje, en el sur. Habían oído que ese hombre podía devolver la vida a los muertos y hacer que los bisontes volvieran a las praderas». Mi tío dijo que esto era muy importante, y que debía escucharlo con mucha atención. y continuó diciendo: «Ese hombre sagrado dejó que Toro Pequeño y Oso Tramposo miraran dentro de su sombrero. y pudieron ver a sus parientes muertos caminando normalmente». El hombre sagrado dijo: «Les daré de comer algo que los matará, pero no temáis, porque los regresaré nuevamente a la vida». Ellos confiaron en él. Comieron lo que les dio y murieron, y se encontraron caminando en una nueva y hermosa tierra. y hablaron con sus padres y abuelos, y con los amigos que habían matado los soldados blancos. Todos estaban bien, y este mundo nuevo era como el que habían dejado al morir, el que había destruido el hombre blanco. La caza era abundante y había grandes manadas de bisontes y antílopes. El pasto era verde y alto, y aunque en esa tierra también vivían los muertos de otras tribus, allí había paz. Todas las naciones indias formaban una sola tribu y podían entenderse entre ellas. Toro Pequeño y Oso Tramposo caminaron por la nueva tierra y observaron todo lo que allí había con mucha atención, y se sintieron muy felices. Luego, el hombre sagrado de los Piute los trajo de nuevo a la vida. y entonces les dijo: «Habéis visto la Nueva Tierra que estoy creando. La tierra que conocemos se desenrollará como una alfombra con toda la maldad de los hombres blancos en ella: las alambradas que cortan las praderas, .las vías del ferrocarril, las minas y los postes del telégrafo; pero por debajo de ella estará vuestra vieja tierra india, en la que todos vuestros parientes volverán a la vida». Luego el hombre sagrado les enseñó una nueva danza, una nueva canción, una nueva plegaria. También les dio pintura roja secreta. Incluso hizo que el sol muriera, oscureciéndolo hasta que desapareció. Luego les devolvió la vida, y el sol volvió a brillar. Toro Pequeño y Oso Tramposo regresaron trayéndonos la buena nueva. Y ahora, en todas partes bailamos esta nueva danza para desenrollar la tierra y traer a nuestros parientes a la vida. Un nuevo mundo está llegando. Mi anciano tío continuó su relato, y me dijo: «Luego vi la danza por mí mismo. La gente estaba cogida de las manos, cantando, mirando hacia el sol. Formaban un círculo yen el medio había un pequeño abeto rojo. Vestían camisas especia- les, en las que habían pintado el sol, la luna, y estrellas y pájaros. La gente daba vueltas y no dejaba de danzan>. Algunos cayeron al suelo, como si hubieran muerto. Los sanadores los reavivaron con un humo de madera de cedro de un aroma dulce. y contaron a los otros danzantes: «Estábamos muertos. Fuimos a la luna ya la estrella del alba. Encontramos a nuestros padres y madres difuntos, y hablamos con ellos». Al despertarse, estas personas tenían en sus manos rocas lunares, piedrasde las estrellas, rocas diferentes de las que tenemos aquí, en esta tierra. También traían carnes extrañas, de los animales de la luna y las estrellas. La persona que dirigía la danza dijo al resto de los danzantes que no temieran a los hombres blancos que les prohibían realizar aquella danza Danza de los Espíritus. Les dijo que las camisas que vestían no dejarían pasar las balas del hombre blanco. y así siguieron danzando; yo lo vÍ. La tierra nunca se desenrolló. Los bisontes nunca regresaron, y nuestros parientes muertos nunca volvieron a la vida. Fueron los soldados los que llegaron; por qué, nadie lo sabe. La danza era pacífica, no hacía daño a nadie, pero creo que los hombres blancos pensaron que era una danza de guerra. Mucha gente temía lo que pudieran hacer los blancos. Ya no teníamos armas, y apenas nos quedaban caballos. Dependíamos del hombre blanco para todo, pero ellos nos temían, tanto como nosotros les temíamos a ellos. Cuando llegó la noticia de que Toro Sentado había muerto en Standing Rock porque se hallaba junto a los danzantes fantasmas, la gente empezó a sentir mucho miedo. Algunos dijeron: «Vamos a Pine Ridge, así los soldados no nos matarán. La Vieja Nube Roja nos protegerá. Además, allí están repartiendo comida». Entonces, mi padre y mi madre y mi anciano tío cogieron nuestro pequeño carro y nos fuimos todos hacia Pine Ridge. Hacía mucho frío y estaba nevando. No fue un viaje feliz; los mayores estaban muy preocupados. Luego los soldados detuvieron nuestra mar- cha. Vestían grandes abrigos de piel, de piel de oso. Ellos iban abrigados, y nosotros nos congelábamos, y recuerdo lo mucho que deseaba tener un abrigo como el suyo momento. Nos dije- ron que no podíamos continuar, tuvimos que detenernos ya campar allí mismo. A todos los que llegaban, andando a caballo, le dijeron lo mismo. Y se formó un gran campamento, pero no había comida y muy poca leña, y los soldados nos rodearon, y nadie podía marcharse de allí.De repente se oyó un gran estruendo, el más fuerte que se haya oído jamás. Apenas lo oyó, mi anciano tío comenzó a llorar. Mi madre rezaba por los muertos, y la gente comenzó a correr en todas direcciones, a actuar como enloquecida. Le pregunté a mi anciano tío: «¿Por qué están todos enloquecidos?». Me respondió: «i Los están matando, allí están matando a nuestro pueblo!». Mi padre dijo: «Ese ruido no es de los rifles de los soldados. I Esos son los grandes cañones que destrozan a la gente, que la destrozan en mil pedazos!». Yo no entendía lo que ocurría, pero todo el mundo estaba llorando, y yo también lloraba. Un día más tarde, ¿o fueron dos días después? No, creo que fue al día siguiente, pasamos por el lugar donde habían disparado los cañones. Mi tío nos dijo: «Niños, vosotros también debéis ver esto; mirad y recordad lo. Había muertos por todas partes, la mayoría mujeres y niños, en una hondonada cerca de un arroyo llamado Chankpe-opi Wakpa- la, Wounded Knee Creek. Los cuerpos estaban congelados, en toda clase de posturas, su movimiento se había congelado». A los soldados, que estaban apilando los cuerpos como si fuera leña, no les gustó que pasáramos por allí. Nos dijeron que debíamos alejarnos. Mi anciano tío dijo: «Mejor que hagamos lo que dicen 0 también acabaremos tirados allí». y luego seguimos nuestra marcha hacia Pine Ridge, pero yo lo ví. He visto a una madre muerta, con un bebé muerto mamando de su pecho. El bebé tenía puesta una pequeña gorra adornada con una bandera de los Estados Unidos.

EL GRAN TRONCO (CHEYENNE)
En algún lugar hay un gran tronco, un tronco poderoso parecido al palo sagrado de la danza del sol, pero mucho más grande. Ese tronco sostiene el mundo. El Gran Abuelo Castor Blanco del Norte está royendo la base de ese tronco. Lo ha estado haciendo durante años y años. Más de la mitad del tronco ya ha sido roído. Cuando el Gran Castor Blanco del Norte se enoja, roe más rápido y con más furia. Cuando haya terminado de roer, el tronco caerá, y la Tierra se deslizará hacia una nada sin fin. Así llegará el final de los hombres, de todo. El fin de todos los fines. Por esta razón, tenemos mucho cuidado en no irritar al Castor. y es por esto que los Cheyenne nunca comen su carne, y jamás tocan la piel de un castor. Los Cheyenne queremos que el mundo dure un poco más.

EL FIN DEL MUNDO (SIOUX)
En algún lugar, cerca de donde se juntan la pradera y la Tierras Malas, hay una cueva escondida. Durante mucho, mucho tiempo nadie ha sido capaz de encontrarla. Aún hoy, a pesar de tantas autopistas, coches y turistas, nadie ha descubierto esa cueva. Allí vive una mujer tan vieja que su piel arrugada se parece a la corteza de una nuez. Se viste con ropas de cuero crudo, del mismo modo en que vestían los indios antes de que llegaran los blancos. Ha estado sentada allí durante mil años, o quizá más tiempo, trabajando en una orla para su túnica de búfalo. Está haciendo la orla con púas secas de puerco espín, de la misma forma que lo hacían nuestros antepasados antes de que los comerciantes blancos trajeran cuentas de vidrio a este continente tortuga. Delante de ella, observándola todo el tiempo, está sapa, un enorme perro negro. Sus ojos nunca se apartan de la anciana mujer, cuyos dientes se han ido gastando de tanto achatar púas de puerco espín. A pocos pasos del sitio donde la mujer está sentada, hay un ,gran fuego que nunca se apaga. Lo encendió hace mil años, o más, y lo ha mantenido vivo desde entonces. Sobre el fuego cuelga una gran olla de barro, como las que usaban los indios antes de que los hombres blancos llegaran con sus cacerolas de hierro. Dentro de la gran olla, mientras se hierve, burbujea una sopa de color rojo y suave sabor dulce. Esa sopa ha estado hirviendo durante un largo tiempo, desde que el fuego fue encendido.De vez en cuando, la anciana se levanta para revolver la sopa que hierve en la gran olla de barro. Como es vieja y muy débil le lleva un buen rato levantarse de su asiento y llegar hasta la sopa. Cuando se aleja de su lugar de trabajo, el enorme perro negro comienza a quitar las púas de puerco espín de la túnica de piel de búfalo. Por esta razón no puede avanzar en su trabajo, que permanece eternamente inconcluso. Los Sioux solían decir que si la anciana mujer alguna vez terminara la orla de su túnica, en el momento mismo en que colocara la última púa de puerco espín para completarla, llegaría el fin del mundo.

LA TERCERA VERSION DEL MUNDO (SIOUX)
Hubo un mundo antes que éste, pero quienes lo habitaban no sabían actuar como humanos, y tampoco sabían cómo comportarse. El Poder Creador no estaba satisfecho con ese mundo anterior y se dijo: «Haré un mundo nuevo». Llevaba consigo la bolsa de la pipa y la pipa de jefe, que colocó sobre el soporte de la pipa, que había construido al modo sagrado. Tomó cuatro astillas secas de hueso de búfalo, colocó tres de ellas debajo de tres palos, y guardó la cuarta para encender la pipa. El Poder Creador se dijo: «Cantaré tres canciones, que traerán una gran lluvia. Luego cantaré una cuarta canción y golpearé cuatro veces sobre la tierra, y ésta se abrirá en grandes grietas. El agua saldrá de las grietas y lo cubrirá todo». Cuando cantó la primera canción, comenzó a llover. Cuando cantó la segunda, la lluvia se hizo intensa. Cuando cantó la tercera canción, era tanta el agua que caía que los ríos se desbordaron de sus lechos. Pero cuando cantó la cuarta canción y golpeó sobre la tierra, ésta se agrietó en muchos sitios, y el agua brotó de las grietas hasta que cubrió todo lo que estaba al alcance de la vista. El Poder Creador flotaba sobre la pipa sagrada y sobre la enorme bolsa. Dejó que las olas y el viento lo arrastraran en una y otra dirección, vagando sin rumbo durante largo tiempo. Finalmente dejó de llover, y para entonces todos los animales y plantas habían desaparecido bajo las aguas. Sólo Kangi, el cuervo, había sobrevivido, pero como no tenía sitio alguno sobre el que posar- se tuvo que volar todo el tiempo que duró la lluvia, y estaba exhausto. Volando sobre la pipa dijo: «Tunkashila, Abuelo, necesito descansar, ahora mismo». El cuervo le pidió tres veces que creara un sitio para poder descansar. El Poder Creador pensó : «Ya es tiempo de desenvolver la pipa y abrir la bolsa». El envoltorio y la bolsa contenían toda clase de animales y pájaros, de entre los que eligió cuatro animales que podían resistir bajo el agua durante largo tiempo. Primero cantó una canción y de la bolsa sacó un somorgujo, y le ordenó que se zambullera y trajera un poco de barro. El animal hizo lo que le ordenaron pero sin conseguir traer el barro. «Nadé y nadé pero no pude llegar al fondo», dijo el somorgujo. «Son aguas muy profundas». El Poder Creador cantó otra canción y de la bolsa salió una nutria. También a ella le dijo que se zambullera hasta el fondo y trajera un puñado de barro. La nutria se zambulló de inmediato, y con sus poderosas patas descendió a las profundidades. Estuvo sumergida un largo rato, pero al salir a la superficie ocurrió lo mismo. No había conseguido llegar al fondo. Entonces, sacando al castor, el Poder Creador cantó una tercera canción. El castor recibió la misma orden que los otros animales y se zambulló, impulsándose con su poderosa cola. Estuvo dentro del agua mucho más tiempo que los otros animales pero, al igual que ellos, fue incapaz de traer el puñado de barro que le habían pedido. Finalmente, el Poder Creador cantó la cuarta canción y cogió a la tortuga que estaba dentro de la bolsa. La tortuga es un animal muy fuerte, y nuestro pueblo piensa que tiene una larga vida, y una gran capacidad para sobrevivir. El corazón de la tortuga es una buena medicina, porque sigue latiendo durante mucho tiempo una vez que la tortuga ha muerto. «Tú debes traer el barro», le dijo el Poder Creador a la tortuga. El animal se deslizó hacia las profundidades y permaneció allí durante mucho, mucho más tiempo que los otros tres animales, que decían: «La tortuga está muerta, nunca regresará!». Mientras todo esto ocurría, el cuervo continuaba volando en círculos y rogando al Poder Creador que le diera un sitio para des- cansar. Al cabo de lo que parecieron siglos, la tortuga rompió la superficie de las aguas y el Poder Creador escuchó sus palabras: «He conseguido llegar al fondo», gritó la tortuga, «traigo un . poco de tierra» . y era cierto, pues sus patas y mandíbulas y los espacios entre las partes de su caparazón estaban llenos de barro. Cogiendo barro de las patas de la tortuga, el Poder Creador comenzó a cantar. Cantó todo el tiempo mientras daba forma al barro con sus manos y lo echaba al agua, creando un espacio de tierra seca donde él mismo pudiera descansar. Cuando acabó la cuarta canción, había suficiente tierra para el Creador y el cuervo. «Baja y descansa», dijo el Creador al cuervo, que le obedeció complacido. Luego el Poder Creador sacó de su bolsa dos largas plumas de águila. Las hizo ondular sobre el trozo de tierra seca y le ordenó que se extendiera hasta cubrirlo todo, y muy pronto el agua fue reemplazada por tierra. «El Agua sin tierra no es buena», dijo el Poder Creador, «pero la tierra sin agua tampoco lo es». Apiadándose de la tierra, sintió lástima por las criaturas que pondría en ella, y sus lágrimas se transformaron en océanos, ríos y lagos. «Esto ya está mejor>, pensó el Creador, «al ver las aguas que surcaban las tierras». De la bolsa de la pipa el Poder Creador sacó toda clase de animales, pájaros y plantas, y los distribuyó por todas las partes. y cuando dio un golpe en el suelo, todos cobraron vida. El Poder Creador usó tierra para crear al hombre y la mujer. Usó tierra roja y blanca, negra y amarilla, y todo lo que le pareció adecuado para un comienzo. Golpeó el suelo una vez más y las formas adquirieron vida y tomaron el color de la tierra de la que estaban hechos. El Poder Creador les dio a todos entendimiento y habla, y les indicó la tribu ala que pertenecía cada uno. El Poder Creador les dijo: «El primer mundo que hice era malo, y las criaturas que lo habitaban eran malas. Por eso lo quemé. El segundo mundo que hice también era malo, por eso decidí inundarlo. Este es el tercer mundo que he hecho. Mirad: he creado el Arco Iris como símbolo de que ya no habrá grandes inundaciones. Cuando veáis un Arco Iris, sabréis que ha dejado de llover». El Poder Creador continuó: «Ahora, si habéis aprendido a comportaros como seres humanos ya vivir en paz unos con otros y con los otros seres vivos -los de dos patas, los de cuatro patas, los de muchas patas, los voladores, los sin patas, las verdes plantas de este universo- entonces todo irá bien. Pero si transformáis este mundo en un lugar sucio y feo, también lo destruiré. Depende de vosotros». El Poder Creador les dio la pipa y les dijo: «iEsta pipa os enseñará a vivir!». A la nueva tierra le dio el nombre de Continente Tortuga porque fue la tortuga la que regresó con el barro con el que construyó el tercero de los mundos. «Quién sabe, puede que algún día haya un cuarto mundo», pensó el Poder Creador. Y luego descansó.

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