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miércoles, 7 de noviembre de 2007

RENUEVA TU PC : FORMATEAR

RENUEVA TU PC : FORMATEAR


Renovar el PC


Con el paso del tiempo el PC va perdiendo capacidades: su funcionamiento es mucho más lento y aparecen cada vez más frecuentemente errores y bloqueos. La instalación y desinstalación de programas va dejando en nuestro disco duro cierto número de archivos inservibles, modificaciones en la configuración del sistema, etc. En resumen se podría decir que nuestro disco se llena de información que no utilizamos, y lo mejor para librarnos de toda esta carga pesada que merma las posibilidades de nuestro sistema operativo, es formatear. Es decir, borrar por completo todo lo que hay en el disco duro para empezar de nuevo otra vez desde cero: instalando el sistema operativo.

Para muchos la palabra 'formateo' puede sonar como algo complicado o peligroso. Pero en realidad es una de las operaciones más útiles y que dan más vida a nuestro PC. En este artículo vamos a explicar cómo realmente el proceso de formatear no es tan complicado, costoso, ni peligroso.


Guardar los datos


El primer paso antes de borrar nada es, por supuesto, guardar los datos en un lugar seguro mientras se formatea el disco. Para ello hay que crear una copia de seguridad de todo lo que queremos guardar.

Lo más importante que hay que salvar son los archivos, los drivers (o controladores) y un disco de inicio. Los drivers son unos pequeños programas que contienen información sobre el funcionamiento de cada uno de los dispositivos de nuestro equipo, y permiten que éstos funcionen correctamente. Habitualmente los fabricantes los proporcionan junto con el dispositivo, pero si se ha producido la pérdida de éstos, podemos recurrir a la página web del mismo, y descargar los compatibles para el sistema operativo que vamos a instalar después del formateo.

Junto con los drivers, salvaremos nuestros archivos y documentos (todos los que queremos conservar). Para ello tenemos dos opciones: guardarlos en una parte del disco duro que no será formateada, o grabarlos en CD.

Lo más sencillo es ir grabando en CD nuestros archivos organizados por carpetas. Así, simplemente tendremos que insertar el CD cuando queramos recuperarlos. Pero si no disponemos de una grabadora, podemos dejar un espacio en el disco duro que nos guarde estos archivos mientras 'limpiamos' la otra parte. Si tenemos dos discos duros el problema es fácilmente resuelto almacenando en uno los archivos y formateando el otro. Si no, debemos hacer una partición, proceso mediante el cual el disco será dividido en dos partes, de manera que el sistema reconocerá las partes como unidades diferentes.

Para hacer la partición pueden utilizarse algunos programas a través de los cuales es muy sencillo llevar a cabo la operación. Por otro lado, podemos elegir trabajar desde MS-DOS, con el comando "\>fdisk". En los dos casos lo que se hace es especificar el tamaño que le vamos a dar a la partición nueva. A ella trasladaremos los datos que queremos salvar, y formatearemos la otra.

El disco de inicio es imprescindible para arrancar el ordenador en MS-DOS, desde donde se hace el formateo, y para arrancarlo cuando no hay nada instalado. Crear un disco de inicio es sencillo: en todos los sistemas operativos hay una opción que permite salvar en un disquete los archivos básicos para esto. Si vamos a instalar Windows XP, no será necesrio crear este disco, ya que el CD de instalación es un disco de inicio en sí.


Formatear


Formatear es un proceso sencillo. Una vez de que nos hemos asegurado de que todo está bien guardado (una vez que se formatea, no hay manera de recuperar nada), reiniciamos el ordenador con el disco de inicio introducido.

Sólo hay que utilizar el comando "format c:" (en el caso de que hayamos mantenido el nombre C: para la unidad que tenemos que formatear). El sistema nos avisará de que se van a perder todos los datos de esa unidad, confirmamos, y el proceso comenzará. Al terminar, podemos darle un nombre de hasta 11 caracteres a la unidad, o continuar. Ya hemos formateado el disco.


Vuelta a empezar


Ahora hay que instalar el sistema operativo, que se encuentra en un CD. Sin sacar el disco de inicio, arrancamos el PC para comenzar la tarea. Si hemos elegido Windows XP, bastará con que cambiemos el disquete por el CD de instalación, que, como ya hemos dicho, también funciona como disco de inicio. Si el CD no arranca, entramos en la BIOS y seleccionamos la opción de que el ordenador se inicie desde el CD. Para entrar en la BIOS hay que arrancar el PC y mantener pulsada la tecla Supr, aunque dependiendo del sistema, puede ser otra diferente.

La BIOS controla toda la administración de dispositivos que van conectados a la placa base, por lo que es muy importante no cambiar la configuración de algo diferente. Si no queremos arriesgarnos a entrar en la BIOS, porque no conocemos muy bien su funcionamiento, también podemos entrar en el CD con los comandos de MS-DOS, y desde ahí ejecutar el archivo que nos abre el menú de instalación del sistema operativo.

A partir de ahí el proceso es diferente para cada sistema operativo, pero los pasos están bien explicados a lo largo del propio sistema de instalación.

El siguiente paso es instalar los drivers que hemos guardado. Ya sea desde el CD, o desde los archivos guardados, los controladores suelen ser archivos .exe que se ejecutan cuando hacemos doble click sobre ellos y su instalación es mucho más sencilla aún que la del sistema operativo.

Una vez instalado todo de nuevo, es muy fácil recuperar los archivos que guardamos en otra partición., no hay más que pasarlos a la 'renovada', o mantenerlos en esa partición y acceder a ellos ahí. Ahora nuestro ordenador está limpio de 'basura' digital y funcionará mucho mejor que antes.

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