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lunes, 10 de noviembre de 2008

LA ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA

LA ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA


Para muchos las palabras "arqueología subacuática" están asociadas al viejo sueño de buscar tesoros sumergidos, encontrar un viejo galeón y sacar su cargamento de monedas y lingotes de oro. Esto no es un trabajo de arqueología subacuática sino una acción de piratería.

La Arqueología la podemos definir como la ciencia que estudia el pasado a través de sus vestigios materiales ampliando, de esta manera, el patrimonio cultural, bien común de los habitantes de una región o zona, no solo integrado por objetos sino también por tradiciones. La arqueología subacuática es una rama de la arqueología que tiene características propias. La más importante es que estudia todos los elementos que se encuentran en estado de saturación hídrica. Salvo ésto, la metodología de trabajo, a grandes rasgos, es la misma.

Debemos aclarar que la arqueología subacuática no busca extraer piezas sumergidas, busca información que le permita corroborar o conocer hechos ocurridos en el pasado. Para esto no solo es importante la pieza, sino el contexto, interpretación de la posición de las piezas en relación a otras. En muchos casos los objetos no se mueven y solo se registra la información que ellos dan. El lugar permanece inalterado para futuros trabajos que apliquen nuevos métodos de investigación.

La arqueología subacuática es una tarea interdisciplinar en donde colaboran, además de arqueólogos, historiadores, buceadores, arquitectos, geólogos, cartógrafos, antropólogos y todas aquellas personas que puedan aportar información a la investigación que se este realizando.

Por todo lo desarrollado en los párrafos anteriores, no se puede considerar como arqueología subacuática a la simple extracción de piezas del fondo, con ésta tarea no se interpretan los hechos ocurridos en el pasado, ésta acción está relacionada con el único interés de mostrarlas o comercializar con ellas en beneficio propio. Muchas de las piezas extraídas se destruyen por la acción del tiempo, al no haberle sido aplicadas métodos correctos de conservación. Este tipo de actitudes destruye toda la información que las piezas pudiesen aportar, perdiéndose en muchos casos información importantísima que podría haber ayudado en otras investigaciones.

Para poder realizar los estudios, los arqueólogos registran la ubicación de cada pieza y su relación con los demás objetos. Para estos registros utilizan mediciones, fotografía vídeo y diversas técnicas que permiten reconstruir el lugar tal cual estaba para poder interpretarlo.

Los orígenes de la arqueología subacuática se remontan, aproximadamente, a finales del siglo XIX, cuando los arqueólogos emplearon a buzos de escafandra y a pescadores de esponjas para observar las ruinas de las viejas construcciones y de barcos que habían naufragado. Pero es a partir del año 1.943, con la invención por Cousteau-Gagnan del "Aqualung", que no solo revolucionó el mundo del buceo, cuando ésta parte de la Arqueología sufre su mayor impulso. En 1.950 George Bass inicia las técnicas que dio a los buceadores la posibilidad de obtener registros semejantes a los desarrollados en tierra. Con la evolución de los equipos y del buceo deportivo la arqueología subacuática comenzó un camino que no tiene límites. Utilizándose en la actualidad equipos especializados muy perfeccionados.

En todo trabajo de arqueología la tarea de campo es una parte pequeña del proyecto. Los estudios preliminares o prospección son de gran importancia, éste trabajo previo nos permite determinar el sitio donde realizar las tareas. Cuando los datos obtenidos indiquen claramente el lugar y la importancia del yacimiento se comienza a evaluar la excavación, sin olvidar de estudiar si será necesario la extracción de piezas o solo se irá a corroborar datos ya obtenidos en los estudios preliminares. Si hay que sacar piezas se deben tener preparados los métodos de conservación que se les realizará a las mismas. No debemos olvidarnos que el tiempo erosiona todos los elementos que se sacan del agua, hasta el punto de destruirlos. Una vez extraídas las piezas, obtenida la información que el Arqueólogo necesitaba y realizados los métodos de conservación, se debe buscar su puesta en valor a través de un museo que le devuelva a los habitantes de la zona su patrimonio cultural.

La Arqueología subacuática requiere de un gran esfuerzo, de equipos costosos y de un entrenamiento especial para poder obtener un óptimo resultado. Los costes de los trabajos subacuáticos son superiores a los de la arqueología tradicional. Entonces: ¿Porqué tiene tanta importancia la arqueología subacuática?

En primer lugar, una gran parte de las riquezas de la humanidad yacen bajos las aguas de océanos, mares, ríos y lagos, fundamentalmente como consecuencia de la gran importancia que la navegación tuvo, y tiene, en el comercio hasta entrado el siglo XIX, existen también ciudades que se construyeron en la costa y que hoy se encuentran cubiertas por el agua a causa de las modificaciones del nivel del mar en el curso de los siglos.
En segundo lugar, debajo del agua el efecto "cápsula del tiempo" (conjunto cerrado cronológicamente)es muy importante. Los yacimientos subacuáticos no presentan deterioros por la actividad del hombre después de hundirse, o quedar atrapado por el aumento del agua, y las piezas quedarán de la misma manera en que fueron dejadas. En tierra, hoy, es muy difícil encontrar yacimientos que no hayan sido alterados por el hombre.
Aquí en las costas Gallegas, las posibilidades de desarrollo de la arqueología subacuática son amplísimas dado que nuestra costa fue, y es, uno de los puntos de mayor tráfico marítimo de todo el mundo, lo que también significa naufragios (curiosamente una parte de nuestra costa se conoce con el nombre de "Costa da Morte" -Costa de la Muerte-).

El desarrollo del buceo deportivo-recreativo ayudó a aumentar las exploraciones y el hallazgo de yacimientos subacuáticos, pero también fue perjudicial debido a la falta de conocimientos de los buceadores que terminan destruyendo el lugar al traer del fondo un recuerdo. Desgraciadamente la información que podría haber sido obtenida de esa pieza se pierde y solo conoceremos su forma y el material en el que fue construida, pero nunca podremos saber donde estaba y la relación que tenía con las demás piezas. Es importante, sin demora alguna, abordar el problema generando leyes que ayuden a la preservación del patrimonio cultural. Estas leyes no tienen por que excluir a los buceadores deportivos-recreativos, se puede generar una interacción entre la Arqueología y el buceo.

Buscar partes de colaboración entre los buceadores y los arqueólogos subacuáticos es una tarea que debemos comenzar a construir para que ambos puedan beneficiarse. El buceador no debe sentirse dueño de cada uno de sus hallazgos, es un privilegiado visitante que puede tener parte de la historia ante sus ojos, pero que tiene el compromiso de preservar ese hallazgo, que es un bien común, para que pueda formar parte de toda una sociedad. Como contrapartida, los arqueólogos deben realizar los estudios de los yacimientos y buscar que todo lo obtenido vuelva a la sociedad y que ese yacimiento pueda ser una reserva arqueológica, donde otros buceadores puedan visitarla. Esta interacción dará mayor seguridad y así se podría pensar en una directa colaboración de todos los buceadores a la arqueología subacuática.

Construyendo normas de procedimiento básicas podemos iniciar el camino de la coparticipación entre el buceador y la arqueología subacuática. Estas normas tienen por objeto establecer una guía a todas las personas, que sin tener una formación específica en arqueología, puedan ayudar a preservar nuestro patrimonio cultural subacuático.

Cuando un buceador encuentre algún objeto que considere importante:

No debe tocar ningún objeto.
Debe describirlos, anotando sus formas, cantidad de piezas halladas, su posición y la relación entre ellas.
Buscar puntos de referencia (posición GPS) que nos permitan regresar al lugar.
Si las piezas pudiesen moverse con facilidad, sería importantísimo que con mucho cuidado las fijase al fondo o que las cubra con arena para que no puedan perderse por movimientos tales como corrientes, rompientes, etc.
Con todos éstos datos deberá dirigirse a los organismos oficiales de preservación de nuestro patrimonio cultural (Consellería de Cultura), o a los encargados de su custodia (SEPRONA, Guardia Civil del Mar, Capitanías Marítimas, etc.).

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